Test: Chrysler Town & Country

Un clásico siempre vigente que se sigue destacando por su gran modularidad, confort de marcha y un espacio interior inmejorable.

Pruebas | conduciendo | 09/09/2013 | Compartir

No es una novedad la versatilidad del Town & Country (gemela de la Dodge Caravan en Estados Unidos). Fue la creadora del segmento al que pertenece y, desde entonces, en 30 años nunca dejó de avanzar. Es cierto que no todas las épocas fueron buenas y que los competidores, sobre todo japoneses, por momentos la han superado aunque que este modelo, típicamente norteamericano, mantiene su vigencia inalterada y es fiel a su origen.

La versión actual es moderna, aunque no todo lo que debería (seguramente estaremos viendo alguna actualización pronto) como la Toyota Sienna o la Nissan Quest. Pero nunca se puede dejar de ponderar la fidelidad al modelo original, pues siempre se ha actualizado con mejoras pero sin perder la esencia del primer día.

Pero, como es sabido, su máximo potencial es el espacio interior,no sólo por el confort o la gran cantidad de portaobjetos sino también por el hecho que puedan ingresar siete personas (seis muy cómodas) sin que sea un gran esfuerzo llegar a la tercera línea de asientos gracias a sus puestas correderas de ambos lados y el cómodo pasillo central. Sin embargo, su mayor logro es la modularidad, es decir la posibilidad de poder cambiar de fisonomía interior o de transformar la configuración según las necesidades; prueba de ello es el módulo central deslizable entre las butacas del conductor y acompañante y las de la segunda fila, además de tratarse de un taburete multipropósito con mucho espacio portaobjetos de diferentes medidas y tamaños que a su vez se despliega.

Este aspecto, central en el modelo, no interfiere ni en la capacidad de carga como tampoco en el confort. Por un lado, sus ocupantes traseros pueden ingresar cómodamente por cualquiera de las puertas corredizas y ocupar un sillón de la segunda fila o también sentarse en la tercera ingresando por un pasillo que pueden transitar personas de cierta edad sin inconvenientes. Este confort también es notorio en el maletero, puesto que han solucionado el achicamiento del espacio por tener tercera fila de asientos sin alargar el vehículo corriendo todos aquellos elementos que se encuentran habitualmente debajo del piso. Lo que lograron es un baúl hondo capaz de incorporar equipaje para todos los ocupantes fácilmente, un verdadero logro.

En lo que también ha trabajado la gente de Chrysler es darle a su interior un aspecto de avión ejecutivo. Gracias a sus asientos en cuero beige (versión probada) el pasillo central, las pantallas y, sobre todo la iluminación central azulada -típica de avión- que emerge de los costados de la consola central pegada al techo. La misma permite sentirse en una atmósfera moderna y lista para largos viajes.

Probablemente, cuando uno sube a manejar un ejemplar como el que testeamos se pregunta qué más puede tener un vehículo, alcanzando un equipamiento tan elevado como uno de los mejores sedanes de alta gama. Si bien no es deportivo, no deja de ser cierto que cualquier familia podrá contener con creces sus necesidades en este modelo, ya sea de confort, seguridad o rendimiento general.

En el caso del vehículo que manejamos se trataba de una versión tope de gama con equipamiento extra y, realmente, lo tenía casi todo, desde asientos de cuero con regulación eléctrica, portón trasero de apertura y cierre automático encendido del motor desde la llave, DVD en la segunda y tercera fila de asientos con auriculares vía Bluetooth, salidas de aire en todas las filas de asientos, entre otros.

Asimismo, esta versión incorpora cámara de retroceso y aviso lumínico cuando uno se mueve de carril y otro vehículo se acerca, un disco rígido de 40 GB y un sinnúmero de opciones. Sin embargo, uno de los puntos más fuertes del modelo es la tranquilidad que le otorga a su comprador el saber que posee 5 años de garantía, lo que habla de la confianza de la marca en su producto insignia.

En tren de destacar algunos aspectos del Town & Country observamos calidades materiales y de terminaciones bastante buenas, que pueden ponderarse dentro de la media de la industria y que nada tienen que envidiarles a otros modelos similares del mercado.

Como esta minivan no solo pretende llevar siete pasajeros cómodamente, sino que éstos también tengan la posibilidad de hacer largos viajes cómodamente sentados, su motor realmente se ha desempeñado con máxima suavidad, brindando baja sonorización en el habitáculo. Asimismo, las suspensiones hacen su trabajo adecuadamente, no siendo muy duras ni muy blandas.

La potencia del vehículo no solo es apropiada sino que supera las expectativas de lo necesario para un auto familiar, aunque, es recurrente que este tipo de modelos que son pesados tengan impulsores de alta potencia. En el caso, se trata de un motor de seis cilindros en V, de 3.6 litros que eroga 287 caballos de fuerza, y que responden al impulso del pedal, eso sí con mayor rumorosidad cuando se lo demanda insistentemente.

La transmisión automática de seis marchas mucho tiene que ver con el confort que anunciáramos, puesto que los pasos de los cambios son ágiles y poco notorios pero, por sobre todo, permiten que la van se desenvuelva siempre relajada de marchas. Esto también contribuye fuertemente en el ahorro de combustible, aunque claramente este sigue siendo el punto más flojo del modelo. Si bien se ha mejorado mucho en este aspecto todavía los tanques se consumen rápidamente a bordo de la Town & Country .

Probablemente en el futuro veamos un motor de cuatro cilindros con similar eficiencia que ahorrará mucho más que el actual modelo, más ayudada por la Fiat, su nueva controlante, que es especialista en ese tipo de impulsores (aunque para autos más pequeños).

Afirmamos que el Town & Country de Chrysler sigue tan vigente como siempre, con inmejorable equipamiento, calidad, modularidad, confort interior y de marcha y espacio lo que le permite seguir siendo un referente indiscutido entre las van. Seguramente el tiempo dirá que deberá lograr una estética exterior más moderna y mejorar los consumos de combustible, lo que le permitirá seguir siendo un modelo líder.