Test: Chevrolet Cobalt Diesel LTZ
El más costoso de los sedánes ecónomicos de Chevrolet se beneficia por su amplio espacio interior y un motor apuntado a la reducción del consumo de combustible.
La tendencia de Chevrolet en estos últimos meses fue incorporar todos los modelos posibles al mercado nacional. Hace unos años, nos preguntabamos por qué Brasil tenía una gama de vehículos mucho mayor que Argentina, y la única respuesta correcta que se podía dar era la diferencia de población entre una nación y otra. Ahora, y a pesar que el país vecino sigue ofreciendo más vehículos, la marca del moño brinda 17 modelos en el mercado nacional y con el proyecto de seguir aumentando la lista.
Dentro de esta cantidad de vehículos, lo que más se ha poblado fue el segmento de los sedanes que tiene varias opciones, comenzando por el Classic, pasando por el Prisma, el Aveo G3, el Cobalt, el Sonic, hasta terminar en el Cruze.
Claramente lo que ofrece el modelo más económico no tiene nada que ver con el confort y las prestaciones del más caro, pero creemos que en el medio se pisan un poco aunque cada uno tiene su caracteristica distintiva. De esta manera, el Cobalt se posiciona como el sedán de Chevrolet más espacioso en su interior y con mejor relación precio-producto.
En cuanto a su motorización, también un punto destacado del vehículo, equipa un diésel 1.3L Turbo que desarrolla una potencia máxima de 75 CV con un torque de 190 a las 1750 revoluciones por minuto. Al igual que sucede en el Spin, este impulsor calza mucho mejor que el naftero, aunque cuente con 30 CV menos. Es destacable que Chevrolet ofrezca una versión gasolero para este tipo de producto ya que las otras marcas no lo tienen.
Para completar la mecánica, el impulsor se asocia con una transmisión manual de cinco marchas con relaciones larga, lo que beneficia el consumo de combustible. Hay que tener en cuenta que la variante con el motor naftero también ofrece una opción automática de seis cambios. Volviendo al modelo testeado, toda esta asociación nos dio un gasto de casi siete litros cada 100 kilómetros en ciudad y poco más de cinco en el transito extraurbano.
Continuando por la más destacado del Cobalt, el interior se ve beneficiado por la amplitud de sus medidas que alcanzan un largo de 4479 mm, un ancho de 1735 mm (2005 mm con espejos), una altura de 1514 mm y una distancia entre ejes de 2620 mm que es la más importante para el confort en todos las plazas. Además, ofrece un inmenso baúl que rompe todo los records del segmento con 563 litros de capacidad.
Tanto es el espacio que los habitantes de las plazas traseras le ofrecían a los de la primera fila de asientos que «tiren» sus butacas de para atras porque sobraba el espacio. Claramente, es cómodo en todas las posiciones. Tres adultos de tamaño medio puede viajar en la segunda fila por varios kilómetros y pocas van a ser las quejas. Hay suficiente espacio para las piernas y las rodillas aunque el conductor ponga la butaca lo más atras posible.
La posición de manejo es alta aunque ofrece la regulación en profundidad y en altura. A su vez, el volante multifunción sólo cuenta con el ajuste vertical y eso puede complicar a lo más bajos. Todas las terminaciones de plásticos rígidos mantiene la línea MERCOSUR pero no parece tener mayores inconvenientes en sus encastres. Los tapizados, hasta en su versión más costosa, son de tela y dejan de lado el cuero económico de estos vehículos. A su vez, el instrumental mantiene la línea de Chevrolet con un tacómetro analógico y un velocímetro digital.
En cuanto a su diseño exterior, creemos que no es uno de los más atractivos de los últimos modelos presentandos por Chevrolet. Pensado exclusivamente para la familia y no en su estética, cuenta con el habitual frontal de la marca -similar al Spin- y la línea de cintura es alta y eso hace que se acorte la superficie vidriada que toma mas notoriedad en la parte trasera.
Un punto donde la relación precio-producto se hace notar es en su equipo de confort, que ofrece alzacristales eléctricos en todas las ventanas, cierre centralizado de puertas por comando a distancia y automático con la marcha, alarma de luces encendidas y de olvido de llaves, volante multifunción recubierto en cuero, aire acondicionado, espejos exteriores eléctricos, computadora de abordo y asistente sonoro de estacionamiento. A su vez, el sistema de audio y multimedia ofrece reproductor de radio AM/FM/MP3 con cargador para CD, conexión auxiliar, puerto USB y Bluetooth. Lo informado es de la versión LTZ testeada por Conduciendo.com. –ver ficha técnica–
El equipo de seguridad está en la media del segmento. Dispone de airbags para conductor y acompañante, sistema de frenos ABS (antibloqueo) con EBD (distribución de la fuerza del frenado electrónicamente) y columna de dirección colapsable. Dentro de los debes se puede nombrar el auxilio temporal -ubicado dentro del baúl- y el faltante de los ganchos ISOFIX, teniendo en cuenta que es un vehículo pensado para la familia. –ver ficha técnica–
Chevrolet ha logrado en el Cobalt ofrecer un producto para toda la familia a un precio económico -se comercializa desde los 89.000 pesos-. Con gran espacio interior, un consumo reducido, un baúl inmenso y un confort de marcha destacado en la ciudad -gracias a la configuración de las suspensiones y el perfil alto de los neumáticos-, se coloca como una opción destacada para los clientes de este segmento donde los representantes de las otras marcas son: el Fiat Grand Siena, el Volkswagen Voyage y el Peugeot 207 Compact Sedán.