Test: Ford EcoSport 2.0 Titanium Powershift

Aunque no es la variante más vendida del crossover, esta versión automática es una opción atractiva para el cliente que busca un modelo con esta combinación. Cuesta unos $241.340-.

Pruebas | conduciendo | 15/09/2014 | Compartir

Cuando uno empieza a escribir un test de la Ford EcoSport tiene que mencionar indefectiblemente que es uno de los modelos más vendidos del mercado argentino. Este modelo, que creó un segmento en su primera generación y que ahora está desarrollado bajo la estrategia One Ford, se ha ganado el interes del público gracias a la exitosa combinación de ser un producto con características de un vehículo compacto, buena habitabilidad y condiciones para poder desarrollar un off-road liviano.

A pesar de tantos elogios que hice sobre la EcoSport, hoy tengo que contar que el test lo realice en una de las versiones menos buscadas por los clientes, la 2.0 Titanium Powershift. En realidad, a decir verdad no se si es la menos solicitada por los compradores -¿Quien no sueña comprarse el tope de gama?, pero creo su valor de $241.340– deja afuera a varios que hacen un esfuerzo para comprarse su primera «camioneta» y ahí es donde queda claro porque es uno de las menos comercializadas por la marca.

De la misma manera que la antigua edición se creó a través de la plataforma del viejo Fiesta One, para construir la EcoSport se volvió a utilizar a la estructura del reconocido compacto, aunque esta vez en su versión Kinetic Design. Su diseño toma la estética del lenguaje KD. En la parte delantera se ve la gran parrilla con el capó corto y los faros delgados. El lateral muestra la línea de cintura ascendente que puede compararse con la vieja Kuga y las llantas de aleación de 16 pulgadas.

La zona trasera, si bien se respeta la historia del modelo con la permanencia de la rueda de auxilio colgada del portón que siempre corre el riesgo de golpear a otros autos; hay algunas aristas a tener en cuenta. Por un lado se exige una apertura lateral de la puerta del baúl, lo que lleva a buscar un amplio lugar a la hora de abrirlo y tambíen obstaculiza la visión hacia atrás. Para la próxima generación deberían solucionar este conflicto.

El volumen del baúl es quizás el punto más flojo de la EcoSport, ya que sólo dispone de 362 litros, un tamaño ajustado para el segmento si tenemos en cuenta que la Duster ostenta 475 cm3. Fuera de estas dimensiones, que la distancia entre ejes -2521 mm- sea mayor a la de su antecesora (tres centímetros) genera que el habitáculo sea más confortable y que haya más espacio para las piernas en las plazas traseras. Asimismo, es para destacar que los respaldos de los asientos posteriores puedan reclinarse hacia atrás.

También basado en los lineamientos Kinetic, el interior ofrece un ambiente de características modernas, display multifunción de 3,5 pulgadas, una consola central de buen porte con teclado alfanumérico y materiales de plástico rígidos que, llamativamente y general, no encajan de la mejor manera. La postura de manejo, fiel a la familia SUV, es elevada. Gracias al ajuste de altura de la butaca del conductor y a las regulaciones de la columna de dirección en altura y profundidad es fácil de encontrar la posición adecuada detrás del volante. El tapizado de cuero y las butacas de tipo envolvente son detalles de calidad que elevan la categoría.

En materia de tecnología marca nuevos estándares en el segmento gracias a la inclusión de la conectividad Bluetooth desde el sistema SYNC, el sistema de control por voz, el arranque sin llave, el espejo interior antideslumbrante automático, el volante multifunción, el climatizador automático, la computadora de abordo, el reconocimiento a distancia de la llave, el encendido automático de luces y limpiaparabrisas, y el sensor de estacionamiento trasero. –ver ficha técnica

Lo mismo sucede con el apartado de seguridad que equipa seis airbags, alarma, asistencia de arranque en pendientes, frenos ABS con asistencia electrónica de frenado de emergencia, controles de estabilidad y tracción; cinco cinturones inerciales, luces antiniebla delanteras y traseras, anclaje para sillas de bebé ISOFIX y columna de dirección colapsable. –ver ficha técnica

El motor es el naftero 2.0 Duratec que alcanza los 143 caballos de potencia y 187 Nm de torque a las 4250 revoluciones por minuto. Por supuesto, esta combinado con la transmisión automática Powershift de doble embrague y seis marchas, y la tracción delantera. Si se hace un recorrido por sus competidores, no se encuentra algo similar, porque la Duster no se dispone de caja AT y la Tracker que si lo tiene es 4×4.

La palanca de cambios en esta versión automática secuencial cuenta con el botón de paso de marcha manual en el costado izquierdo del pomo. Para manejarla de esta manera habrá que tener un tiempo prudencial para acostumbrarse porque su ubicación es bastante extraña e incomoda. La buena es que al menos dispone de esta variante y puede darle la opción al conductor de hacer una conducción algo más deportiva. En modo “Sport” el motor trabaja a un mayor régimen.

En cuanto a consumo, está por encima de los ocho litros cada 100 kilómetros en ciclo combinado. En ciudad se acerca a los diez litros en la misma distancias y en ruta esta en los siete. Según la marca, se ha trabajado para conseguir que esta nueva generación baje el consumo con respecto a su antecesora. No son números excelentes pero está en el media del segmento.

En conclusión, a pesar de no ser una de las versiones más vendidas, esta pensada para ofrecerle a los clientes una variante única en el mercado de uno de los vehículos más populares del mercado. Si busca un producto de estas características para el habitual uso citadino y está dispuesto a gastar la suma de dinero que vale, la Ford EcoSport Titanium 2.0 Powershift cumplirá sus necesidades.