Test: Ford EcoSport 2.0 Freestyle 4×4

Rendidora, confortable y seguro. Esas son las tren cualidades que más destacamos de esta variante todoterreno de la segunda generación del exitoso crossover de la firma del óvalo.

Pruebas | conduciendo | 31/10/2014 | Compartir

Es la creadora de un segmento dentro de la industria automotriz y en la actualidad se encuentra posicionada como uno de los modelos con mayor cantidad de ventas. Estos son sólo algunos de los galardones que tiene la familia de la Ford EcoSport en el país; y decimos familia porque este SUV compacto posee una variedad total de diez diferentes versiones que se adaptan al gusto y las necesidades de cada cliente.

Dentro de toda esa variedad de ejemplares, en esta oportunidad tuvimos la posibilidad en Conduciendo.com de sentarnos detrás del volante de la configuración 2.0 Freestyle 4×4, es decir, la única todoterreno del grupo, la que además de contar con un rendimiento acorde al uso citadino y de ruta convencional, también está capacitada para afrontar condiciones más adversas y ligadas al off-road liviano.

Mecánicamente este modelo lleva el viejo y conocido propulsor Duratec de 2.0 litros que genera 143 caballos de fuerza y 187 Nm de torque, potencias más que suficientes para el transito urbano y bastante aceptables para los momentos en donde el piso es más resbaloso. De hecho, y al margen de que este motor ya tiene varios años en el mercado, hay que reconocer que le sienta muy bien a la “Eco”, dado que eroga el poder necesario para mover los casi 1.300 kilos de peso en orden de marcha sin demasiada exigencia.

Junto a este impulsor trabaja una caja de cambios manual de cinco velocidades que le da lugar a la tracción inteligente ¿Por qué decimos que es inteligente? Pues porque de manera automática y sólo cuando el momento lo requiere hace traccionar a sus dos los ejes. Con el afán de optimizar el consumo en condiciones de tránsito normal o citadino sólo traccionan las ruedas delanteras; mientras que cuando el camino se hace más inestable y complejo, sin intervención del conductor, el dispositivo transfiere torque a las ruedas traseras y así se forma el sistema 4×4.

Para los más puristas, Ford instaló detrás de la palanca de cambios el botón“4WD”, el cual le permite a los usuarios accionar de manera manual la tracción total de manera rápida y sencilla en el momento que lo deseen. Como complemento del sistema todoterreno, las barras estabilizadoras, la dirección asistida eléctrica y las suspensiones provocaron que tanto al movernos por la ciudad como en los caminos de tierra el confort de marcha haya sido bueno y relejado.

Al margen del aspecto técnico, la silueta de EcoSport 4×4 no varía demasiado del resto de sus compañeras, salvo por contar con terminaciones satinadas en la enorme y ya característica parrilla delantera de Ford, en los espejos retrovisores laterales, en las barras portaequipaje del techo y en las manijas de las puertas. Las llantas, de 16 pulgadas, también tiene un diseño particular. Del mismo modo sucede por dentro, donde no hay grandes diferencias con los demás; por cuestiones obvias y de escala de atributos sólo queda por debajo de la variante Titanium, el tope de la gama. El tapizado es de tela y se combinan los plásticos soft-touch con los de textura más dura; el punto más débil es la calidad de alguno de los encastres.

Como en todos los SUV, la postura de manejo es más elevada que la de los automóviles, y este caso no es la excepción. Gracias al ajuste de altura de la butaca del conductor y a las regulaciones de la columna de dirección en forma vertical y en profundidad fue fácil encontrar la posición correcta. En alguna oportunidad puede que la cantidad de botones que tiene el teclado alfanumérico de la consola central haya entorpecido el accionamiento de algún que otro mando; sin embargo, la existencia del control satelital en el volante y el sistema SYNC simplican las funciones del manos libres y el entretenimiento.

El espacio interior es bastante acoger en toda su generalidad. Ya sean el conductor y el acompañante como los pasajeros que viajan en las plazas traseras viajan de manera cómoda gracias a que cuentan con una distancia al techo generosa y con el lugar suficiente como para que ubicar las piernas. Donde el espacio se nos dejó con más dudas que certezas es en el baúl, ya que el tamaño es de sólo 362 litros, un tamaño que está por debajo de la competencia.

Al igual que la variante FreeStyle 1.6L, el equipamiento de serie dispone de faros delanteros con guías de luces LED, alarma de luces encendidas y aviso de puertas abiertas; computadora de a bordo, volante con detalles en cuero, levantacristales delanteros y traseros con sistema One touch, Bluetooth, conexión auxiliar, puerto USB, radio AM/FM con reproductor de CD/MP3, seis parlantes, aire acondicionado y apoyabrazos central para el conductor, entre otros. En materia de seguridad, por su parte, figuran seis airbags, frenos ABS, control de estabilidad, control de tracción, anclajes Isofix y asistencia al arranque en pendiente.

Vale destacar de manera aparte al sensor de estacionamiento. Su advertencia sonora y la imagen que se representa en la pantalla multifunción de 3,5 pulgadas que hay en la consola ayudan al momento de maniobrar. Puede que la EcoSport no sea un vehículo de grandísimas dimensiones (4241 mm de largo, 1765 mm de ancho, 1693 mm de alto y 2521 mm de distancia entre ejes), pero para quienes están acostumbrados a las medidas de los compacto, estacionar a este crossover que porta el neumático de repuesto sobre el portón puede significar un verdadero dolor de cabeza.

A causa de su condición de 4×4, también ofrece las barras de techo transversales y el protector de cárter de serie. Para seguridad de los pasajeros figuran seis airbags, frenos ABS con asistencia electrónica al frenado de emergencia, control de estabilidad, control de tracción, columna de dirección colapsable, anclajes Isofix, inmovilizador y asistencia al arranque en pendiente.

En conclusión, no hay dudas de que la EcoSport debe ser considerado de muy buena manera por quienes deseen adquirir un vehículo de apariencia moderna, tamaño respetable, familiar, mecánica rendidora y confiable y elementos de confort, seguridad y tecnología de primera línea. La decisión debe enfocarse más para el lado de sí realmente se necesita a un 4×4 o si con un ejemplar de tracción delantera alcanza.

Otro punto a tener en cuenta es el precio -al momento de escribir este test era de 241.130 pesos-. A causa del impuestazo que llevó los valores del parque automotor nacional a cifras irrisorias provoca que los costos se hayan equiparado entre los distintos segmentos, motivo que favorece a un SUV de estas características, aunque lo haga más difícil de hallar.