Nissan Cube SL

Rompiendo algunos cánones de la estética convencional, Nissan se preocupó por la persona y su entorno en un ámbito de ciudad.

Pruebas | conduciendo | 22/02/2010 | Compartir

Su estética rompe los moldes de la aerodinámica y de la deportividad. Pero abre la puerta a un mundo especial, donde el espacio es su mayor fundamento (a pesar de sus dimensiones acotadas) y los habitantes gozan de la mayor libertad.

Parece increíble, pero la comodidad del Cube es sensacional. Nadie, ni en los asientos traseros, tendrán problemas de altura. Tampoco se sentirán en un espacio reducido ni chocarán las piernas con el asiento delantero por más alto que fuera el que intente viajar el las plazas posteriores.

Poco nos podemos enfocar en las prestaciones o en innumerables equipamientos de confort, pero este modelo es perfecto paras la ciudad, porque consume muy poco, es silencioso y de múltiples utilidades.

Su simpleza interna es extrema, pero a la vez pragmática. Los controles están al alcance de la mano y se privilegió un estilo minimalista que permita no solo generar más espacio, sino lograr la impresión de amplitud en una suerte de “living”. Son interesantes y novedosos algunos recursos utilizados para sostener elementos como el celular mediante bandas elásticas en las puertas o en el frontal o la alfombrilla que contra el vidrio del parabrisas se utiliza para sostener todo tipo de cosas que se quieran colocar encima. El volante multifunción se destaca dentro de su interior, teniendo allí tantas funciones como en el resto del automóvil.

Algunas particularidades como el interior del techo con formas ondulantes y redondeadas lo hacen divertido y algo exótico. Sus formas cuadradas están bien contrastadas con las irregulares y asimétricas ventanas y zonas vidriadas, al igual que la apertura del portón trasero (que contiene un gran párlate) y, llamativamente, abre la puerta a un maletero profundo y relativamente espacioso para lo que se puede apreciar desde afuera.

La modularidad interna es otro de los aspectos destacados. Es posible configurar al Cube de innumerables maneras según los requerimientos o necesidades. El piso plano ayuda a que esa funcionalidad sea más eficaz. Hasta es posible recostar los asientos traseros para que sus ocupantes se acomoden a gusto, hasta para dormir.

A la hora de conducir podremos ver que su motor de 1,8 litros y 122 caballos de fuerza no es reacio a desenvolverse con soltura, pues no es todo lo pequeño que podíamos esperar en un vehículo de estas características. A pesar de ello, el consumo de combustible no se dispara y se mantiene en promedio 27 millas por galón en ciudad. A lo mejor en las calles de Los Ángeles parecerá un pequeño desorientado, pero no tanto en Japón, en las urbes europeas, o en Nueva York. A la hora de estacionar será grandioso, por su tamaño y por su dirección que mueven a las ruedas fácilmente para acomodarlo donde queramos.

Su particular estilo (como si fuera un mini camión) pasea su confort con una transmisión automática CVT que es ideal para el Cube (aunque se ofrece en una manual de seis marchas también). Recomendamos esta porque no solo es agradable de conducir porque no se siente el paso de las marchas, sino porque conjuga a la perfección el estilo del auto, y el confort y practicidad que pretende inspirar.

Ideal para jóvenes y simplistas, el Cube demuestra que se puede ser distinto y tener estilo sin ser necesariamente grande.