Test: Chevrolet Spin LTZ 1.8 AT
El nuevo monovolúmen de la terminal del moño se ofrece en el mercado nacional con gran capacidad para pasajeros y una excelente relación entre precio y producto.
En plena época de vacaciones, cuando los viajes son más largos que lo habitual, en Conduciendo.com tuvimos la posibilidad de probar el Chevrolet Spin versión LTZ 1.8 automático, un vehículo ideal para un familia numerosa ya sea por sus cualidades de confort como por su espacio de siete plazas.
Diseñado, fabricado e importado desde el centro de desarrollo que General Motors posee en San Pablo, Brasil, el Spin llega para ocupar el lugar que dejaron vacante los Chevrolet Zafira y Meriva, dos modelos que hoy se encuentran descontinuados. Dentro del mercado nacional, el Fiat Dobló y el Renault Kangoo son sus competidores más cercanos.
Para tener una idea de tamaño respecto a los ejemplares que reemplaza, el Spin tiene 4.36 metros de largo (32 centímetros más que la Meriva y 4 cm más que la Zafira), 1,73 m de ancho (1 cm más que Meriva y 4 cm menos que la Zafira) y 1,66 m de alto (4 cm más que la Meriva y 2 cm menos que la Zafira). Otra diferencia es que estos otros familiares nacieron de las antiguas plataformas del Corsa II y el Astra, respectivamente; mientras que el monovolúmen en cuestión deriva de la estructura del Cobalt, el nuevo modelo de la compañía desarrollado para cubrir las expectativas del segmento B+ y que llegará al catálogo argentino durante este año.
Estéticamente el producto refleja la nueva imagen global de la marca, donde sobresale la imponente parrilla frontal dividida por una barra que lleva el moño dorado en el centro, ópticas grandes que se extienden por los costados, luces antiniebla en la zona inferior de la zona frontal, una pequeña toma de aire inferior y llantas de aleación de 15 pulgadas. Puede que no sea el modelo más atractivo del mercado, pero su objetivo es ser funcional y no vistoso. La parte posterior dispone de un portón de grandes dimensiones que se abre hacia arriba y ofrece una gran apertura para poder cargar objetos de buen tamaño.
Justamente, el baúl dispone de un volumen de carga de 553 litros cuando la tercera fila de asientos no está “armada”, y hasta puede alcanzar los 952 litros cuando sólo se utilizan las dos butacas delanteras. En el caso de que se requieran todas las plazas, el espacio de carga se reduce de manera considerable y lógica, dejando muy poco lugar para el equipaje.
Fiel a las tendencias de los familiares, la butaca del conductor se encuentra en una posición elevada que, mediante las regulaciones, permite ajustar la altura según se requiera. Quizás un punto en contra de la postura de manejo es que la columna de dirección sólo puede ajustarse de forma vertical, por lo que a los más altos puede que el volante les quede lejos. Al igual que en el Sonic, el instrumental muestra un tacómetro de aguja y un velocímetro digital de luz azul que favorece a la vista y es más legible. Gracias al tamaño de los espejos exteriores y de la luneta trasera, la vista hacia los costados y hacia atrás es buena.
Para beneficio del conductor, los comandos de la radio, el Bluetooth y el control de velocidad crucero están sobre el volante forrado en cuero, por lo que su acceso es sencillo y práctico. Del mismo modo, los botones que ajustan los espejos exteriores laterales de forma eléctrica, las perillas de las luces en la izquierda y al aire acondicionado, el cierre centralizado manual y las balizas en la consola central están cerca y se puede llegar a ellos sin problema alguno.
Volviendo al tema de los espacios, si bien la guantera no es muy grande, la cabina dispone de huecos portaobjetos en la consola central, el centro del torpedo y en los laterales de las puertas, tanto delanteras como traseras, que garantizan un viaje sin elementos molestos tirados por cualquier lugar.
Uno de los puntos fuertes es la capacidad para trasladar hasta siete pasajeros en sus tres filas de asientos. Con una configuración de 2+3+2, el interior tiene las cualidades necesarias para que el viaje en grupo sea lo más confortable posible. A pesar de esto, hay que tener en cuenta que quienes ocupen la segunda fila no serán acreedores de lugar de sobra, de hecho, puede que los más altos tengan algún que otro inconveniente con los respaldos de las butacas delanteras. Algo parecido ocurre con la tercera hilera de asientos, a la cual no se accede de la manera más cómoda.
Como aspecto favorable, hay que resaltar que resulta sencillo reclinar las bancas intermedia (se rebate en proporción 60:40) y trasera, que se ajustan a través de ganchos de tela rígida que bien se disimulan con el tapizado. También, hay que destacar que los asientos están dispuestos en «forma de teatro», por lo que la tercera fila es más alta que la central que, al mismo tiempo, se encuentra unos centímetros más arriba que la primera.
Respecto a los materiales, se observan plásticos rígidos que no desentonan con lo que usualmente se ven entre los vehículos de esta gama; sin embargo, hay terminaciones por mejorar, como la tapa de la guantera que, al menos en el ejemplar probado por Conduciendo.com no cerraba bien y permanecía con la luz interior encendida. En igual forma, las tonalidades utilizadas para el tapizado de tipo gamuza y los plásticos quedan enfrentados con la imagen moderna del exterior.
En cuanto al equipamiento, la configuración LTZ testeada es la más completa de todas, por lo que disfrutamos de alzacristales eléctricos, computadora de abordo, cierre centralizado de puertas por comando a distancia y con la marcha, volante multifunción, espejos exteriores calefaccionables, dirección asistida, asistente sonoro para el estacionamiento y equipo de audio con reproductor de radio AM/FM con cargador para CD, USB, Mp3 y conexión auxiliar, entre otros elementos. El techo electrónico puede que sea el gran ausente. Si lo comparamos con sus rivales, está por encima de media.
La mecánica, por su parte, está abastecida por un motor 1.8 litros que genera 105 HP y un torque máximo de 161 Nm a 3200 rpm que se asocia a una caja automática secuencial de 6 velocidades. La sensaciones al volante fueron las de un andar robusto. A su vez, aunque los pasos de marcha no son bruscos, sí son cortos y perjudican al consumo. Desde Chevrolet anunciaron que a lo largo de 2013 está previsto el arribo de una opción diésel, por lo que las mejores expectativas están apuntadas hacia el futuro cercano.
En materia de seguridad, equipa doble airbag frontal, frenos ABS con distribución electrónica de frenado, carrocería con zonas de deformación programada, columna de dirección colapsable, sistema de alarma antirrobo con inmovilizador de motor, alarma de aviso de luces encendidas, puertas abiertas y de olvido de llave; cinturones de seguridad de tres puntos en todas las plazas y abdominal central, sensores de estacionamiento trasero y luces antiniebla delanteras y trasera. Teniendo en cuenta la cantidad de plazas y la intención de ocupar un papel importante en el nicho de los familiares, es llamativa la falta de mayor cantidad de airbags, repozacabezas para la plaza central de la segunda fila y de ganchos ISOFIX.
En conclusión, y sobre todo al relacionar el producto con su valor de mercado (ronda los 116 mil pesos), más allá de algunos detalles, podemos afirmar que el Chevrolet Spin es altamente recomendable para una familia numerosa o para aquellos que necesiten un vehículo capaz de transportar a varios pasajeros juntos.