Test: Nissan March SR
Probamos al compacto de la casa japonesa que se destaca por su ágil andar en la ciudad, su buen espacio interior junto a su look deportivo y juvenil.
El Nissan March se presentó en el país como el primer modelo compacto de la marca para este mercado. Conocido en otras latitudes como Micra, lleva recorrido kilómetros de experiencia en el segmento. Si bien existen muchos automóviles del segmento B (Volkswagen Gol, Citroën C3 o Fiat Palio, entre otros), el March se inscribe en una categoría que no supera los 3,8 metros, colocándose por debajo de todos ellos y apuntando como un rival mas directo del KIA Picanto y Hyundai i10, y Chery QQ aunque estos se encuentran por debajo de los 3,6 metros.
El March es un auto moderno pero sin estridencias. El frontal, con faros ovoides, le otorga cierta frescura y simpatía al modelo que también posee un lateral ocupado casi en su totalidad por las puertas, para llegar a un portón trasero donde muestra el aspecto menos atractivo. El vehículo casi no posee voladizos ubicándose sus ruedas en los extremos. Ello le brinda una interesante distancia entre ejes (2.400 mm) que le otorga una habitabilidad mejor que la del promedio. Cabe recordar que tomamos contacto con la serie SR, que luce una estética deportiva diferenciada del modelo convencional gracias a los faldones, el spoiler trasero, la salida de escape cromada, los calcos decorativos y las llantas oscurecidas de 15 pulgadas.
Asimismo, es un vehículo que contempla a cuatro ocupantes, pudiéndose utilizar la quinta plaza para trayectos cortos ya que el espacio se acota bastante. Sorprende por su tamaño (dentro de lo lógico) el lugar existente de las plazas posteriores, donde puede viajar un adulto con cierta comodidad. Por su lado, las plazas delanteras no ofrecen reproches a espacio. Estas características de confort interior inciden directamente en un pequeñísimo baúl, de tan sólo 230 litros demostrando su finalidad netamente ciudadana, aunque no por ello más reducido que sus rivales puesto que ninguno supera por mucho esa medida.
En nuestro país, Nissan no es conocida por ser una marca generalista y gran parte del público la relaciona con vehículos de alta gama como el 370Z, Murano, X-trail, o en su momento la vieja y conocida Pathfinder. Sin embargo, con el tiempo se fue acercando al consumidor promedio lanzando modelos como el Tiida o Sentra, más accesibles. Por ese motivo, el March no representa a una marca “premium”, sino un modelo más que compite en el segmento chico y no se le puede exigir algo distinto que sus rivales. Hecha esta aclaración, notamos que el interior no presenta cualidades a destacar en cuanto a la calidad de sus materiales, donde se han utilizado plásticos duros que no desentonan dentro de su categoría, aunque que resultan mejorables. Ello no impacta en las terminaciones que son correctas.
El diseño interior es escueto, la consola central solamente dispone de un destacado estéreo en buena posición central y por debajo se aprecian los controles de ventilación. Por su lado, el tablero posee los relojes de velocidad, cuenta revoluciones e indicaciones varias que acordes.
En general el auto es de una concepción minimalista y se encuentra ausente de demasiados botones o comandos, lo que también puede reflejar cierta escasez de equipamiento. Sí se destacan los espacios portaobjetos que posee el auto, como la doble guantera lo que es un dato positivo para el conductor urbano que siempre tiene objetos para apoyar o guardar.
Asimismo, la postura de manejo es algo alta algo similar a la de un pequeña camioneta o utilitario. El asiento del conductor posee regulación en altura lo que permite encontrar una posición óptima sobre todo para aquellos que no son altos, puesto que ese reglaje no permite bajar demasiado la banqueta perjudicando a personas de mayor contextura.
En lo que respecta netamente a la conducción, nos ha llamado gratamente su dirección ideal para la ciudad, con un manejo suave y preciso de buen diámetro de giro.
A su vez, el March reluce las características para las cuales fue concebido, moviéndose con soltura. El auto es ágil, fácil de conducir y porque no, divertido. Ello se sujeta a su “no tan pequeño motor” de 1.6 litros y 107 CV, que le sobran ala hora de acelerar y desplazarse rápidamente por las calles de cualquier ciudad. En ese aspecto es altamente recomendable para alguien que lo usa en circuitos urbanos y que lo conduce habitualmente solo o con un acompañante sin llevar demasiada carga. Por su lado, cabe destacar que no es rumoroso ni vibraciones que perjudiquen el confort. La caja de velocidades de 5 marchas lo tornan mas ágil porque sus relaciones cortas y exactas.
En cuanto a los consumos, se encuentra por debajo de la mayoría de los productos del segmento B que referenciamos al principio, sin tener un motor de menor cilindrada. A pesar que el KIA Picanto y Hyundai i10 poseen el motor de 1.2 litros de 85 CV, no consumen tanto menos que el March, a pesar de los 22 CV de diferencia.
Si bien el auto se encuentra en valores acordes a los de la competencia sufre cierta penalidad por los impuestos que el cargan. Aunque no es menos cierto que los rivales mas directos, poseen mayor equipamiento con los mismos inconvenientes arancelarios. Por tal motivo podríamos exigirle la incorporación de algunos faltantes tales como el mando satelital desde el volante, puerto USB, faros antiniebla, cinturón central trasero inercial y ABS, entre otros.
De esta manera, Nissan ofrece una variante compacta que cumple con su cometido, transitar ágilmente por la gran ciudad. Quizás, podría sumar algunos detalles de confort y seguridad pero en líneas generales, el March se presenta como una opción a tener en cuenta.