Test: Porsche Panamera S Híbrido

Sin perder el espíritu de la marca, suma esta versión que dispone de un motor eléctrico que enaltece al producto y sofistica la deportividad de Porsche.

Pruebas | conduciendo | 11/09/2013 | Compartir

Porsche viene apostando. Como si hubiese sido poco riesgo el ingresar hace unos años atrás en el segmentos de los SUV y luego en el de los sedanes de lujo, ahora juega fuerte en el ámbito de la energía. Si el resultado es similar al de las anteriores jugadas, seguramente será un éxito.

Esta compañía de vehículos de altas prestaciones luego de aquellas incursiones se transformó en una de las automotrices más rentables del mundo. Por ese motivo, la innovación viene siendo desde hace tiempo uno de sus artilugios y no solo la velocidad.

Desde hace poco presenciamos la llegada de la marca al mercado de los autos hibridos. Primero fue con el Cayenne para llegar ahora al Panamera, sin contar los prototipos mostrados en el mismo camino. La marca, con estas presentaciones, ya viene por delante de sus competidores alemanes en materia de incursionar en la utilización de energía alternativa al petróleo.

Evidentemente Porsche ve el camino por ese lado, al igual que Toyota, Honda y, con ciertas diferencias, GM y Nissan-Renault. Pero ninguna de estas (salvo Lexus de Toyota) lo está haciendo en autos de lujo.

En el caso concreto del Panamera nos encontramos ante un auto distinto. Combina a la perfección sus necesarias características deportivas con innovaciones de propulsión. Claro que es solo el principio. Por ahora cuenta con un impulsor V6 de 333 caballos de fuerza al que se le suma uno eléctrico equivalente a de 47 hp, es decir posee nada menos que 380 caballos totales.

Esto le permite ciertos beneficios respecto a la versión convencional. En primer lugar mejora el rendimiento de su autonomía en un 15% -respecto de las V6- y, además, logra un auto imperceptible y suave cuando está detenido, rueda a muy baja velocidad o en ciertos tramos cuando circula con electricidad.

A nuestro parecer, este hibrido, con menor experiencia que algunas otras marcas, ha logrado un mejor pasaje entre ambos motores, no dejando rastro de los momentos del traspaso más que por lo que nos dicen los indicadores. Pero por todo esto no se pierde potencia en ningún momento ni deja al Panamera falto de estirpe Porsche, sino que la mantiene intacta, demostrando que la deportividad tiene futuro en un mundo con menores consumos de gasolina o, por qué no, si ella.

En sí mismo el Panamera es un modelo grande y pesado (alrededor de 2000 kg) por lo que necesita potencia para lograr buenas cotas en sus prestaciones. Esa robustez es notoria al manejarlo, pero es la misma que otorga un gran aplomo al vehículo, que le permiten al conductor sentir una gran sensación de seguridad y dominio en cualquier circunstancia.

Por su lado, la transmisión es secuencial de ocho marchas y le da mucha elasticidad, aunque siempre trabajando en un régimen acertado equilibrando la potencia necesaria (y la que se le puede requerir apretando el acelerador) con la comodidad y el consumo. Si bien no es tan rápida como otras cajas deportivas que hemos manejado, se acopla de maravilla a este modelo que no pretende ser un deportivo radical, sino un auto de calle, lujoso, típicamente Porsche, pero confortable.

Hablando de confort, nos encontramos con un vehículo bajo, con posición deportiva. No llega a ser incómodo su acceso aunque tampoco es tan simple como el de un sedán típico, pero de eso se trata tener un Porsche. Los asientos son enteros y muy envolventes, igual que los traseros que son idénticos a los delanteros e individuales. Vale agregar que las plazas posteriores son cómodas y, sobre todo, amplias, teniendo espacio para las piernas y para la cabeza, a pesar de la forma de terminación tipo coupé del auto. Donde flaquea un poco este modelo es en el espacio del maletero, que es poco profundo y se completa fácilmente.

Sobrarán estas líneas referirse a calidades y terminaciones. Sus cueros y acabados metálicos marcan una diferencia rotunda y contundente respecto a los autos mundanos y que, si bien se refleja en su precio final, vale la pena remarcar que no existen plásticos de dudosa procedencia o baja calidad, que hemos encontrado en algunos vehículos aún de alta gama.

¿Vale la pena un Panamera S Hibrido para quien lo pueda pagar? Obviamente que siempre es necesario analizar sus rivales y el uso que se le dará, pero si ello no fuera un condicionante este modelo vale bien la diferencia, por su estilo distintivo, su nuevo motor más amigable con el medioambiente y, sobre todo, su insignia.

Mira el video de lanzamiento del Porsche Panamera S Hybrid: