Test: Peugeot 4008 Feline AT

El primer todoterreno de la compañía gala en comercializarse en el país se abre el paso en uno de los segmentos más competitivos con una silueta atractiva y un buen nivel de confort.

Pruebas | conduciendo | 18/12/2013 | Compartir

Desde su aparición en el mundo automotor a fines de la década del noventa, el segmento de los SUV compactos ha ido cobrando mayor relevancia con el paso de los años. Primero sólo eran parte de los catálogos de las marcas generalistas, luego se sumaron a los portafolios de las firmas premium y, ahora, casi todos los modelos del segmento se ofrecen con tracción 4×4.

Este último es el caso del Peugeot 4008, un vehículo que nace desde el trabajo en conjunto del Grupo PSA con Mitsubishi, y que representa al primer SUV de la compañía del león con tracción completa en la oferta local. Sus competidores más cercanos son el Volkswagen Tiguan, el Ford Kuga, el Renault Koleos, el Nissan X-Trail, y el Hyundai Tucson. El Honda CRV, el KIA Sportage y el Toyota RAV4 pertenecen a un rubro poco más alto, pero si tenemos en cuenta lo valores podríamos decir que también forman parte de la competencia.

Si bien gran parte de la estética está conformada por líneas similares a las que muestran sus hermanos de Mitsubishi (Outlander Sport) y Citroën (C4 AIRCROSS), existen terminaciones y detalles exclusivos como la parrilla flotante, los grupos ópticos que alucen a los ojos de un felino y las tiras de LED sobre los faros principales que lo acercan a la familia Peugeot. Las miradas que este ejemplar atrapó en la calle no hicieron más que confirmar nuestro parecer, el 4008 es uno de los más atractivos y elegantes de su segmento.

Al margen de los elementos propios, las amplios pasos de rueda, los cobertores bajos de la carrocería, los neumáticos de 18 pulgadas y los rieles en el techo son los encargados de darle el toque robusto y off-road a este vehículo compacto de 4,34 metros de largo. Una generosa superficie vidriada, el alerón posterior y una línea de cintura ascendente completan la estructura y esbozan una figura deportiva.

Por dentro, el diseño no tiene mucho que ver con el resto de la gama del león, dado que los acabados y las formas están más cerca del ADN de Mitsubishi. Las calidades son buenas y se vislumbra un perfil de terminaciones más simples, fiel al estilo japonés. La combinación de materiales suaves al tacto con otros plásticos de tipo duro no le sienta mal; y el tapizado de cuero de los asientos favorece al confort.

Encontrar la posición de manejo adecuada resultó sencillo gracias a las regulaciones manuales de la columna de dirección y las electrónicas de la butaca. El volante multifunción con los comandos del sistema de audio y el control crucero; sumado a la cercanía de los demás controles en la consola central fueron de gran ayuda e hicieron que no haga falta estirarse demasiado para activar los distintos dispositivos, como el climatizador.

La distancia entre ejes de 2,67 metros genera un habitáculo espacioso, tanto en las plazas delanteras como en las traseras; y permite que cinco adultos viajen de manera cómoda. A pesar de esto, al momento de colocar la silla de un niño comprobamos que para la mayor comodidad del pequeño había que adelantar bastante la butaca del acompañante. Asimismo, los 416 litros de capacidad que tiene el baúl nos dejaron con gusto a poco; dado que sus competidores ofrecen un tamaño mayor. Uno de los responsables de esto es sin dudas la ubicación de la rueda de auxilio, la cual está en la zona baja del baúl.

El techo traslúcido panorámico es sin dudas una cualidad atractiva, ya que permite iluminar la cabina en pleno día y deja apreciar el cielo en la noche; aunque la imposibilidad de apertura y la falta de una cortina puede hacer que la temperatura del interior suba demasiado. El equipamiento en general es bueno y responde a las necesidades de los clientes de este segmento; sin embargo, la ausencia de una pantalla multifunción nos llamó mucho la atención y creemos que es un faltante importante. Sobre todo si tenemos en cuenta que el Outlander Sport lo equipa en su versión más completa. De la mano de esta ausencia se encolumnan también la del navegador y la de la cámara de retroceso.

En donde sí no hay nada que reprocharle al 4008 es en el apartado de seguridad, puesto que en todas sus variantes dispone de siete bolsas de aire (dos delanteros, dos laterales, dos de cortina y uno para la rodilla del conductor), control dinámico de estabilidad desconectable, frenos con sistema ABS, EBD y BAS; alarma volumétrica, antiarranque electrónico, columna de dirección colapsable, luces antiniebla delanteras y traseras; ganchos ISOFIX y cinturones inerciales en todos los puestos.

Así como buena parte de la estética está basada en los productos Mitsubishi, con la propulsión pasa lo mismo; aquí sin dudas influyó mucho la experiencia de la compañía japonesa en el rubro de los todoterreno. Debajo del capó figura un motor de 2,0 litros y cuatro cilindros que genera una potencia de 150 caballos. A pesar de que su salida no es la mejor, si hay que destacar que su rendimiento en velocidad es bueno y que el funcionamiento es relajado, puesto que no supera las 2.200 rpm a una velocidad crucero de 130 km/h en la configuración automática.

La variante Féline testeada por Conduciendo.com equipaba una transmisión CVT que se podía operar tanto en el modo automático Drive, donde la marcha aumentaba de manera continua; como en el secuencial, donde los cambios se podían pasar desde la última posición de la palanca de cambios o desde las grandes levas ubicadas detrás del volante.

El broche de oro de la mecánica es el sistema de tracción AWD, el cual le otorga al conductor la posibilidad de seleccionar entre tres modos de conducción: 2WD, 4WD o Lock. En el primero, el más eficiente de todos, la tracción se produce en el eje delantero; en el segundo, adecuado para terrenos mojados, se da en las cuatro ruedas; y en el último, ideal para terrenos hostiles y de off-road liviano, el reparto también se produce en las cuatro ruedas pero se da manera más equitativa (50:50).

En conclusión, el Peugoet 4008 es un atractivo SUV que ostenta la experiencia de Mitsubishi en el mundo de los todoterreno, los atributos de confort de automóviles de gama media/alta y la llegada de una marca generalista al público. Un último aspecto a tener en cuenta es que por su valor de mercado (la variante Feline supera los 300 mil pesos) puede llegar a verse afectado por el impuesto que el gobierno le quiere poner a los bienes suntuarios, situación que podría generar que su precio se eleve de manera considerable.