Test: Peugeot 308 CC

El máximo deportivo descapotable que la firma del león ofrece en el mercado nacional, muestra una encantadora y llamativa estética que se combina con un buen equipamiento.

Pruebas | conduciendo | 16/04/2013 | Compartir

A diferencia de las otras marcas generalistas, en Argentina Peugeot parece ubicarse como la automotriz que mayor importancia le da al rubro de los convertibles, dado que dentro de su amplia variedad de modelos, existen dos opciones coupé/cabrio. Particularmente, el 308 CC se ubica como la opción más moderna, con mayor tecnología y más completa.

Estéticamente, la existencia del techo electrónico retráctil no sólo permite pasar de un coupé a un convertible, o viceversa, sino que también se traduce como una interesante y distintiva característica de lujo que atrapa la atención de la mayoría de los transeúntes. El capó compuesto de líneas dinámicas y el parabrisas inclinado son los responsables de la excelente aerodinámica. Al igual que el 308 hatchback, cuenta con la parrilla con contorno cromado y las luces diurnas de LED. Dada su capacidad para cuatro personas, la cintura alta reduce la visión hacia afuera, y la zona posterior de grandes dimensiones resta espacio a las plazas traseras por ser la encargada de “guardar” los dos bloques del techo retráctil.

Fiel a la familia de los deportivos, la carrocería se encuentra bastante próxima al suelo, aunque la suspensión y el despeje hacen que el chasis no tenga roces indeseados con las lomas de burro o los badenes típicos de la ciudad.

Un aspecto que nos dejó asombrados, en el buen sentido, es la capacidad del baúl, ya que supera los valores que poseen algunos de sus competidores o compañeros de segmento, como el 207 CC, el Audi A3 Cabrio y el BMW Serie 1 Cabrio. En el modo coupé ostenta 465 litros, y con la estructura cabriolet, si bien el tamaño se reduce hasta los 266 litros, todavía deja el lugar necesario para transportar un bolso mediano.

Detrás del volante las sensaciones son variadas. Como en todo descapotable, la posición de manejo es baja y similar a la de un karting; por lo que se sienten más las irregularidades del terreno y la visibilidad está algo limitada. De todas maneras, la posibilidad de ajustar vertical y horizontalmente el volante, y las amplias butacas forradas en cuero -la del conductor tiene regulaciones manuales- y gran sujeción lateral nos ayudó a encontrar la postura más adecuada para lograr un viaje confortable. Un punto negativo fue que con el techo retraído, al manejar a velocidades superiores a los 100 km/h, las vibraciones de los cinturones de seguridad son notorias y molestas.

En el habitáculo, la distribución de los elementos es la adecuada, puesto que es sencillo acceder a los controles del climatizador, los alzacristales, los espejos electrónicos exteriores y del techo. Además, a través de las palancas ubicadas en la columna de dirección, resulta simple manejar la radio, el limitador de velocidad y el control crucero. Por momentos la luz solar afecta a la correcta visión de la pantalla multifunción; sin embargo, gracias a que se puede regular manualmente su posición es fácil de solucionar esta situación.

Las terminaciones redondeadas, las inserciones en aluminio y los materiales en general denotan que es un modelo cercano al segmento Premium. Que debajo de los apoyacabezas delanteros se ubiquen ductos de aire caliente para que cuando se conduce sin techo los viajantes no sufran el frío, demuestra que Peugeot se ocupó de no dejar detalle librado al azar.

Aunque en la zona delantera del 308 CC los pasajeros no tienen inconvenientes con el espacio, quienes se ubican detrás no pueden disfrutar mucho del viaje dado el poco lugar que hay para las rodillas. Siempre partiendo de la base de que el acceso a los lugares traseros tampoco es el más cómodo. Por su parte, ni el ancho ni la altura del techo representan un problema.

Como equipamiento de serie figuran los frenos ABS con asistencia al frenado de emergencia (BAS) y distribución de la fuerza del frenado (EBD); controles de tracción y estabilidad, seis airbags (dos delanteros, dos laterales delanteros y dos de cortina), faros bi-xenón direccionales, luces delanteras diurnas y faros traseros con tecnología LED; llantas de 17 pulgadas, climatizador de dos zonas, cierre centralizado, encendido automático de luces y limpiaparabrisas; sensores de estacionamiento, espejo interior antideslumbrante y computadora de abordo. El sistema de audio con radio AM/FM y reproductor de CD/MP3, seis parlantes, conexión auxiliar y Bluetooth es bastante completo; pero llama la atención la ausencia del dispositivo para USB.

Más allá de que por su imagen el 308 CC se ubica dentro de la gama de los deportivos, lo cierto es que su peso (1602 kg) genera que su conducción no se la más ágil de todas. De todas maneras, cabe aclarar que tanto el rendimiento como la eficiencia es buena, dado que por un lado el propulsor de 1.6L genera un consumo de combustible bajo; mientras que por el otro, la inyección directa turbo permite alcanzar una potencia de 156 caballos de fuerza y un torque de 240 Nm a las 1400 rpm.

La caja manual de seis velocidades es otro elemento que contribuye de forma favorable para lograr dichos valores y que le permite al motor tener un comportamiento relajado. Aunque en un principio Peugeot ofrecía también la variante con transmisión automática, hoy no está disponible. La importantes cargas impositivas dispuestas por el gobierno nacional (impuesto al lujo) pueden haber sido una de las máximas responsables de la discontinuidad de la versión Tiptronic.

Su precio superior a los 250 mil pesos no es una particularidad menos, pero teniendo en cuenta la poca cantidad de descapotables que hay en el mercado argentino, el Peugeot 308 CC es una buena opción para quienes deseen ingresar al exclusivo y selectivo mundo de los coupé/cabrio.