Test: Kia Soul EX AT 1.6

El modelo surcoreano tiene cualidades de diseño que son diferentes a cualquier otro vehículo del mercado. Dificil de encontrarle un competidor, se caracteriza por la buena habitabilidad y la calidad.

Pruebas | conduciendo | 05/09/2014 | Compartir

La historia del Kia Soul es diferente a todas. Es diferente a todas porque es dificil de defirnirlo o compararlo con cualquier de los modelos que podemos encontrar en el mercado argentino. ¿Es un hatchback? Podría ser por su terminación de diseño y las cinco puertas… pero no lo es. ¿Es un SUV? Su habitabilidad podría definirlo como un vehículo de esa familia… pero tampoco lo es. ¿Entonces que es? Es un crossover propiamente dicho, porque sus características y su estética son de diferentes segmentos.

Después de unos días de prueba, logré conocer al Kia Soul en su totalidad. Varios fueron los que me consultaron que modelo era y otros -que ya lo conocían- me preguntaban que me parecia porque les resultaba extraño. Después de la explicación -que conté en el primer parrafo-, varios se iban con cara de aceptación y otros no lograban entender porque era tan dificil de defirnirlo dentro de un segmento.

A pesar de toda su extrañeza, el diseño exterior sigue siendo lo más destacado y característico del Kia Soul. A diferencia de la generación anterior, es más largo (35mm), más ancho (14mm) y tiene mayor distancia entre ejes (20mm). Sus líneas tienen la identidad del diseñador alemán, Peter Schreyer y la parrilla tiene la particular forma de nariz de tigre que tienen todos los últimos modelos de la marca.

Su carroceria mantiene la formas cuadradas. En la parte lateral tiene una línea de cintura ascendente que le da forma a las ventanillas. Además, se incorporaron cromados en las manijas de puertas y las separaciones son con molduras negras. El toque deportivo se lo dan los rieles que tiene en el techo y la llantas de aleación de 17 pulgadas que tienen neumáticos de 215/55R17.

El interior es lo más destacado del modelo. La calidad de los materiales y la habitabilidad es de lo mejor, aunque no se pueda comparar con un competidor. La posición de maneno es alta -tipo SUV pequeño- pero cómoda por las regulaciones del volante y la butaca. No hay problema de altura y la sujeción es buena.

La consola central es simple con pocos botones y una pantalla táctil de 4,3 pulgadas que buena interacción. Ahí es donde se refleja la cámara marcha atrás para la ayuda del estacionamiento, pero no dispone de sensores de estacionamiento. A mi gusto, si tengo que elegir entre una cámara o los sensores para estacionar, me quedo con lo segundo porque en las posiciones diagonales es dificil calcular la distancia, aunque la cámara haga una muestra en la pantalla. El techo panorámico se puede abrir o cerrar eléctricamente y dispone de una cortina para ocultar el habitáculo en días de calor. El baúl tiene una capacidad de 354 litros. –ver ficha técnica

En cuanto a su motorzación, esta nueva generación del Kia Soul cuenta con el conocido naftero de 1.6 litros que alcanza los 124 caballos de potencia a las 6300 revoluciones por minuto -si… 6300-. y un torque de 155 nm a las 4850 rpm. Este se combina con una transmisión automática de seis marchas con modo secuencial con una relación bastante progresiva. Para encontrar buena respuesta hay que pisar bastante al fondo con el pie derecho. Esta claro que no es un modelo deportivo y tampoco busca serlo.

Su habitat natural es la ciudad. Ahí es donde saca sus mejores prestaciones con una suspensión blanda y buen despeje para poder soportar cualquier tipo de baches que hay en las calles. La buena combinación se completa con la insonorización que le da un confort de marcha muy agradable. Cuando lo maneje en ruta no me decepcionó. A pesar de no ser un deportivo, el motor a unos 120 kilómetros esta holgadamente por debajo de las 3000 revoluciones por minuto. Los vientos laterales lo afectan un poco, pero es por su altura y su diseño.

En cuanto al consumo, en ciudad estuvo por encima de los once litros cada cien kilómetros, una cifra que podriá ser mejorable teniendo en cuenta las prestaciones del modelo. Como es lógicio en autopista o en ruta (ciclo extraurbano) baja considerablemente, logrando poco más de ocho litros en la misma distancia.

El equipamiento de confort está en el nivel que esperaba. Cuenta con alzacristales eléctricos en todas las ventanas con antipinzamiento, climatizador automático, velocidad crucero, espejos exteriores eléctricos, computadora de abordo, apoyabrazos central de butacas delanteras y techo traslúcido panorámico. Además, en el volante multifunción con asistencia eléctrica incorpora la selección de los tres programas de dureza (comfort, normal y sport). –ver ficha técnica

Donde quedó en le debe es en seguridad. Dispone sólo de dos airbags, el sistema de frenos ABS (Antibloqueo), dos ganchos ISOFIX para ajustar silla de niños y la ya mencionada cámara posterior visualizadora del retroceso. Hay que tener en cuenta que la generación anterior equipaba seis airbags y el control de estabilidad. Ofrece una amplia garantía de cinco años o 100.000 kilómetros. –ver ficha técnica

En conclusión, el Kia Soul es un vehículo pensado para el uso citadino con características que lo hacen destacar del resto. Llama la atención algunos faltantes en seguridad y el consumo que no es de los mejores. Siempre con su estilo único en cuanto a diseño, tiene comodidades y calidades que están por encima de los vehículos del MERCOSUR. Para poder tener uno de estos modelos, habrá que gastar unos 31.500 dólares.