Test: Hyundai Veloster 1.6 MT

Único en su especie, marca tendencia y le aporta a Hyundai otro eslabón en su constante crecimiento de imagen de marca. Equipamiento definido por los potenciales clientes y motor con deudas.

Pruebas | conduciendo | 09/09/2013 | Compartir

Nos encontramos frente a un vehículo distinto a lo convencional, que vale la pena repasar y sacar conclusiones que bien vendrán a quien se encuentre ante la duda de ir por lo más conservador o mudarse a una marca menos tradicional y que innova con un nuevo concepto y tiene una gran garantía.

El solo hecho de colocarse frente al Veloster da cuenta que nos encontramos ante un modelo sin igual. En primer término, su asimetría (de un lado tiene dos puertas y del otro solo una) lo transforman en un coupé hatchback con doble personalidad que, a su vez, no solo permite diferenciarse del resto, sino que otorga funcionalidad para quienes desean un dos puertas pero utilizan más de lo habitual la parte trasera.

De todas formas, el Veloster nunca pierde el aspecto de coupé de ambos lados, enmarcado en un diseño llamativo nunca ha pasado desapercibido entre los transeúntes, demás automovilistas y hasta en personas que no parecían especialmente adeptas al mundillo automotor. Ese es un inmejorable medidor, pues la gente ha notado a primera vista un diseño logrado, distinto y llamativo, lo que será apreciado por un comprador que busca algo nuevo, diferenciador, elocuente pero no excesivamente caro.

La caída del techo, la forma de su remate posterior, detalles de la carrocería, leds delanteros (hubiese sido interesante que posea también en las ópticas traseras) y llantas de 17 pulgadas (en algunas carrocerías de color también con detalles pintados en mismo tono) que le “calzan” perfectas hacen del Veloster una opción juvenil, entusiasta y atrevida. -ver ficha-

Es decir, el primero de los retos está holgadamente satisfecho y su comprador tendrá por un tiempo la distinción querida en materia aspecto exterior, el que podrá elegir dentro de una paleta de colores que también marcan la diferencia, la que incluye el amarillo y el cobre (ambos fuertes).

El interior, por su lado, reparte algunos puntos vanguardistas como los que se evidencian que comparten espacio con otros genéricos de la marca para la línea Hyundai. En la consola central se destaca una pantalla de siete pulgadas donde se manejan táctilmente las funciones de la radio y sirve como display para mostrar la ejecución de otros mecanismos de confort. Luego aparecen las salidas de aire puesta en forma vertical formando una V corta en un torpedo que termina en un cómodo y espacioso portaobjetos de aspecto “oriental”.

Los materiales utilizados nunca son plásticos de baja calidad, siempre bien terminados y encastrados, pero nunca de un nivel más que medio. En particular, los materiales van variando a lo largo del interior, por ejemplo, la parte superior que recubre el tablero posee un interesante y distintivo forraje rugoso estéticamente bien logrado (parecido al que tiene en alguna parte el nuevo Citroen DS4 que hemos ponderado), aunque nos hubiese gustado que fuera un poco más mullido.

A su vez, los paneles de las puertas, la consola central y el tablero se caracterizan por los clásicos plásticos grises mejorables que, en las exóticas manijas de las puertas pecan de huecos lo que los torna de aspecto más endeble. Lo mismo sucede con los plásticos que acompañan al freno de mano y a los del, siempre útil, doble portaobjetos debajo del apoyabrazos central.

Toda la modernidad que se evidencia en el exterior no siempre se encuentra dentro del Veloster, con un tablero que pasa un tanto desapercibido y de colores muy tenues aunque correcto. Sí apreciamos distinción en su gran techo solar panorámico (que se abre a comparación de otros de similares características).

Previo a referirnos a su equipamiento no podemos dejar de mencionar que el Veloster llegó a nuestro país de la mano de una empresa que delegó en los clientes parte de la decisión del equipamiento indispensable. De esta forma no solo delineó las preferencias del público (de gran importancia no solo para este modelo) sino que evitó sobrecargar al automóvil de sistemas y funcionalidades que no sean atributos valorados por el público, escapando así a costos más elevados y, posiblemente, falta de competitividad en el modelo (en principio lejos del valor para aplicar el impuesto al lujo, pero siempre atentos a ello). -ver ficha-

En ese contexto el Veloster no posee asientos de cuero pero sí la interesante pantalla a la que hicimos referencia, al igual que el techo traslúcido. A lo mejor, los faltantes más evidentes (donde el público no tuvo influencias) se encuentran en la existencia de un climatizador de una sola zona, la falta de espejo interno día/noche y limpiaparabrisas automáticos. -ver ficha-

Es decir, la configuración dejó afuera algunos aspectos que el auto puede montar, pero como resultado hizo un vehículo más asequible a gusto del consumidor promedio. Elementos como el asistente para el estacionamiento, con cámara de visión trasera y sonido, el Bluetooth, los comandos al volante, espejos exteriores plegables, conectividad para periféricos son propios del Veloster y que muestran su lado más moderno.

Las plazas delanteras tienen un marcado corte deportivo. Tanto el respaldo como la butaca sujetan muy bien al ocupante y da sensación de contención, lo que nos ha gustado al manejar el Veloster. Asimismo, las regulaciones son variadas (ninguna eléctrica) incluyendo la del volante en el caso del conductor donde, con la debida paciencia y cuidado la posición será la adecuada e irreprochable. Está bien previsto el soporte que tiene el cinturón de seguridad para acercarlo al conductor debido a que, de lo contrario, el mismo quedaría muy incómodo y lejos del alcance, lo que sí sucede en algunas coupés.

Es importante que las piernas no golpean contra la plataforma central, lo que si sucede en otros autos y resulta un tanto molesto. También hay que destacar que la postura de manejo siempre ha permitido un acceso ágil y simple al panel de instrumentos o a la selectora de cambios.

La luminosidad (cuando se deja abierta la cortina del techo traslucido) se percibe y favorece a generar una aspecto amplio incluso en las plazas traseras. Estas solo tienen puerta del lado derecho –con una manija disfrazada- y, lógicamente, no es de grandes dimensiones la puerta, pero debemos ser sinceros y decir que no es difícil o incómodo su acceso (por el contrario, no resulta cómodo el ingreso por el lado izquierdo replegando el asiento del conductor puesto que no se desliza hacia adelante). Adentro se evidencia el logrado espacio para las piernas donde puede viajar cómodamente un adulto, el que sí verá inconvenientes en el despeje del techo si mide más de 1,75 metros, ya que chocará contra el mismo a pesar de haberse preparado un desnivel con el objetivo de mejorar este aspecto.

Es loable la intención de Hyundai de incorporar un motor de baja cilindrada, con bajos consumos y que, a primera vista, podría ser una buena alternativa que en definitiva no deja de ser un compacto. Pero lo cierto es que el alto peso (unos 1700 kg.) y la potencia de 130 caballos no alcanzan para brindar una satisfactoria respuesta.

Es cierto que el conductor se verá influenciado por el aspecto del auto y espera una respuesta deportiva, pero las prestaciones reales quedan por debajo de los esperado en aceleración, reprises, velocidad máxima, rumorosidad y desempeño general. La caja de seis marchas de relaciones largas termina de definir al conjunto como un auto más de ciudad que con cualquier otra intención (también se ofrece con transmisión automática de seis marchas). Dentro de ese conjunto, la dirección es uno de los puntos más destacados, que ofrece confort y buenas prestaciones.

Esta razón es la que evidenció la necesidad de incorporar un nuevo impulsor provocando el lanzamiento de una versión turbo de 201 CV que, por el momento, se comercializa en otros países.

Por su lado, en el aspecto de seguridad, desde hace un tiempo que Hyundai ofrece los más altos estándares, siendo irreprochable en ese aspecto su equipo. Solamente la visión trasera se ve afectada por el diseño pero, para quien escribe, no resultó molesto. -ver ficha-

Quien busque notoriedad y marcar la diferencia a la vez de darle un uso urbano encontrará en el Veloster un vehículo que cumplirá casi todas sus expectativas gracias a un excelente diseño, confort y un equipamiento acorde, debiendo esperar un poco más para una probable incursión de mayor potencia e incorporación de algún faltante de confort.