Steve Jobs: Su relación con el cosmos automotor

Conocé el vínculo del fundador de Apple con la tecnología de cuatro ruedas en esta nota.

Interés General | conduciendo | 19/10/2011 | Compartir

El fallecimiento de Steve Jobs el pasado 5 de octubre dio paso a un gran caudal de artículos en torno a su trayectoria profesional y a su vida personal; incluso es posible toparse con jugosos datos relativos a su particular figura y carácter. Sumándonos a la ola, repasamos en esta nota la relación con el mundo automotor de este hombre revolucionario, genio del consumo y el diseño tecnológico.

¿Pensó alguna vez Jobs en desarrollar un automóvil? Aunque el proyecto no contó con plena difusión, en 2007 Apple trabajó junto a Volkswagen en un prototipo que nunca llegó a convertirse en realidad. Se trató de un modelo de líneas modernas que recuerdan a la manzana blanca y brillante, el cual añadió a la oferta una serie de características inscriptas en la conducción inteligente. Qué otro nombre podía llevar el proyecto, sino iCar.

En esta línea, vale mencionar el modo en el cual los productos Apple han interactuado -y continúan haciéndolo- con la oferta automotriz. Por un lado, aparecen las múltiples aplicaciones destinadas a la conducción que corren en iPods, iPads y iPhones. En este terreno también dicen presente los vehículos y accesorios para los mismos que prometen dinámica integración con estos dispositivos.

Un caso elocuente es el de la firma Pioneer que presentó en el marco de CES 2011, feria tecnológica de renombre, una aplicación que se vale de móvil y el reproductor de música de la manzanita para mantener al conductor al tanto de las entradas de Facebook y Twitter, además de integrarse con el GPS. Otro caso a mencionar es el del reconocido desarrollador de sofware de navegación, TomTom, quien recientemente anunció la adaptación de sus sistema para las pulgadas de la tableta iPad.

¿Cómo viajaba Jobs?

Según se ha difundido en diversos sitios web, durante sus últimos años de vida el co-fundador de Apple se trasladaba en un Mercedes Benz SL 55 AMG, un automóvil bello aunque poco ostentoso teniendo en cuenta el gran poder de su billetera, suficiente para colmar un garaje con carros de súper lujo. Una curiosidad de este vehículo es que no contaba con placa: según rumores, Steve se había cansado de que roben su matrícula en la que aparecía la famosa manzanita y había obtenido un permiso especial para circular sin identificación.

Pasando de las cuatro a las dos ruedas; gracias a una fotografía difundida por la publicación Visordown.com, sabemos que durante su juventud condujo una flamante motocicleta BMW R60 en color negro con detalles en blanco. En ella se le puede ver avanzando por una calle, con la cabellera larga y la barba crecida.

En la búsqueda de nuevas vinculaciones, se supo que durante la década del 80 (aún faltaban veinte años para la aparición de las tabletas) el gurú tecnológico solía premiar a sus vendedores más destacados con un Porsche 944 de color blanco. Si bien este vehículo deportivo no es uno de los más prestigiosos de la casa alemana, se trató de una válida motivación para hacer crecer una empresa que décadas más tarde ascendería a la cima del mercado gracias a productos de uso sencillo y bonito diseño.

Steve Jobs, un hombre elocuentemente vinculado al mundo de la tecnología, que también avanzó sobre ruedas y que, como hemos visto, ha preferido marcas alemanas.