Bentley y un trio que excede la suntuosidad
Bentley Mulliner presentó en Ámsterdam una serie irrepetible de tres grand tourers inspirados en Rembrandt, Vermeer y Van Gogh.
La división Mulliner de Bentley volvió a desafiar los límites de la personalización con la Dutch Masters Collection, una serie formada por tres vehículos únicos (Rembrandt, Vermeer y Van Gogh) presentados en el Rijksmuseum.
La elección del museo no fue un gesto simbólico. La colección retoma la esencia de tres figuras centrales de la historia del arte y la traslada al diseño automotor mediante un tratamiento cromático, lumínico y artesanal totalmente individualizado para cada pieza.
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Curaduría aplicada al diseño: un método que toma claves del arte clásico
Para cada modelo, los diseñadores de Mulliner partieron de una lectura interpretativa de las obras de referencia, y no de una reproducción gráfica.
En el plano técnico, la colección incorpora configuraciones top de la marca, incluidas pantallas rotatorias, sistemas de audio de alta fidelidad, iluminación ambiental de espectro amplio y asientos diseñados para maximizar el confort en viajes largos.
Continental GT Convertible Rembrandt: profundidad, contraste y una reinterpretación del claroscuro
La primera pieza de la trilogía es un Continental GT Convertible que toma como eje conceptual la fuerza narrativa de la pintura de Rembrandt.
Para ello recurrió a una carrocería en tonos verdes oscuros con matices que cambian según la incidencia de la luz, lo que genera un efecto de profundidad poco habitual en un acabado automotor.
El interior combina tonalidades claras y verdes densos que evocan las transiciones de sombra características del artista.
A esto se suman detalles en rojo y dorado, seleccionados para aportar contraste y reforzar la sensación de teatralidad que distingue a su obra.
La iluminación de bienvenida y los motivos aplicados en los paneles de las puertas incorporan un símbolo asociado a uno de los elementos más reconocibles de la pintura que inspira el modelo, aunque reinterpretado para adaptarse al lenguaje del automóvil.
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Continental GT Vermeer: equilibrio lumínico y pureza cromática
El segundo modelo de la colección se basa en las composiciones íntimas y silenciosas de Vermeer, reconocidas por su tratamiento preciso de la luz y por la claridad de sus tonalidades.
Bentley utiliza un acabado exterior satinado en azul profundo que crea un reflejo suave, pensado para evocar la serenidad de los interiores representados por el pintor de Delft.
El habitáculo adopta una combinación de tonos oscuros contrastados con acentos azul y amarillo que remiten al equilibrio cromático del artista sin recurrir a imitaciones directas.
Cada elemento está dispuesto para generar un ambiente ordenado y luminoso, reforzado por un techo panorámico que maximiza la entrada de luz natural.
Tanto la iluminación de bienvenida como los detalles de los paneles interiores incorporan un motivo inspirado en una obra del siglo XVII.
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Bentley Van Gogh: un ejercicio de color y movimiento transformado en diseño
El tercer vehículo de la serie toma como referencia la energía cromática de Van Gogh. Bentley optó por un exterior en tonos azules intensos para reproducir la fuerza del cielo nocturno del célebre cuadro que inspira este modelo.
Por dentro, integra tonalidades lino y amarillo para capturar la vibración que caracteriza al postimpresionismo.
La iluminación proyectada en el acceso y los motivos decorativos de las puertas incorporan formas espirales que reinterpretan el movimiento del pincel del artista sin replicarlo.