Kia Soul 2.0 2010

Bien logrado en estética, se mueve con soltura en la ciudad, brinda un buen confort y posiciona a la marca.

Pruebas | conduciendo | 09/07/2010 | Compartir

El diseño se globalizó y ha llegado también a Corea Del Sur. Pues si bien los modelos de Kia evolucionaban sin cesar, con la llegada del modelo Soul definitivamente se demuestra que la marca crece en todo sentido, incluso en la estética tan valorada por estos tiempos.

A primera vista el Soul aparece como una pequeña camioneta sólo comparable con el Scion xB o el Honda Element y su diseño lo distingue no solo de la gama Kia sino de la generalidad de los modelos que mezcla modernidad con estilo retro (sobre todo en su posterior). Vale decir que se trata de una muy lograda estética más allá de los gustos personales que, al menos, invitan a voltear la cabeza para ver de qué se trata.

Pero no solo su diseño llamará la atención a su comprador, sino también la insuperable garantía de fábrica que ofrece la marca por diez años o 100.000 millas (unos 160.000 kilómetros), estrategia que viene funcionando muy bien a la empresa.

Dentro de la gama ofrecida para el Soul (que va de unos 13.000 a 19.000 dólares, aproximadamente en los Estados Unidos, seguramente más en el resto de Latinoamérica) se encuentran las versiones motorizadas por el 1.6 y el 2.0 litros, ambos de cuatro cilindros. Hemos tenido contacto con ésta última y extendemos nuestras opiniones del modelo.

Ante todo encontramos que la relación costo-beneficio es buena en los Estados Unidos y que su equipamiento es adecuado para el precio y hasta supera un poco las expectativas. Posee techo solar traslúcido, rines de 18 pulgadas, seis parlantes, conexión para Mp3 por USB, seis airbags, sistemas activos de seguridad como el ABS y el ESC, además de frenos a discos en las cuatro ruedas.

Es cómodo para el conductor y el acompañante y posee buena amplitud interior. Las plazas traseras tienen buen despeje para la cabeza y son relativamente confortables para las piernas. Por su parte el maletero es pequeño, pero posee unos cubículos debajo del suelo del mismo que no solo ocultan objetos pequeños, sino sirven para guardar con mayor seguridad algunos de ellos.

El puesto del conductor es medianamente elevado y las butacas semiduras y con poca sujeción lateral, emulando a un SUV. Particularmente lo comandos son accedidos fácilmente por su consola central elevada y bien diseñada, donde se encuentra el display que refleja la información secundaria del vehículo. Por su parte los relojes circulares permiten visualizar fácilmente las agujas habituales.

Se destaca el volante de buen diseño multifunción que es de fácil accionamiento y con varios comandos como, por ejemplo, el del Bluetooth. También le dan un aspecto interesante los materiales bicolores del habitáculo que, sin dudas, lo hacen más atractivo.

Todo ello lo deja configurado como para ser una alternativa \»cool\» para la juventud que da importancia a la estética y a la tecnología, pero no da tanta al motor u otros accesorios. Prueba de ello es así que da sentido al nombre Soul los parlantes laterales que se iluminan y se sacuden al ritmo de la música.

Su motor 2.0 litros, 16 válvulas y 142 caballos de fuerza satisface la necesidad de potencia del estilo de comprador que estamos describiendo, aunque no se destaca por su performance. Es lento, no posee buena respuesta a la hora de acelerarlo por alguna necesidad y, sin embargo, el combustible se evapora rápidamente. No ayuda su transmisión automática de cuatro marchas, aunque es adecuada para el conjunto motriz.

Si bien esto no menoscaba los buenos atributos citadinos, demuestra que su despliegue es acotado en otros ámbitos, aunque tampoco le pidamos tales aptitudes. A pesar de ello se sostiene bien en las curvas más allá de alguna tendencia lógica a irse de lado.

Como lo dice el título, lo más importante del Soul es que resulta un nuevo punto de partida para la marca, porque se ha animado a diseñar con mayor creatividad para poder conquistar nuevo público. El balance es positivo.