¿BMW se apunta con este deportivo?

Concept | Matias Muro | 28/07/2025 | Compartir

El BMW Ethos Concept, no es un proyecto oficial de la casa bávara, aunque podría tomar cartas en el asunto para cristalizarlo.

El diseñador independiente Sebastiano Ciarcià ha creado al BMW Ethos Concept. Desde su estudio, ha ideado una reinterpretación radical de lo que podría representar el regreso de BMW al segmento de los supercoches de elite.

Esta propuesta especulativa no parte de la nada: encuentra su raíz en una pieza de culto casi olvidada.-El BMW Nazca C2, un concept car desarrollado por Italdesign a inicios de la década de 1990.

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La propuesta de Ciarcià no se limita a una réplica modernizada. El Ethos reimagina el espíritu de aquel prototipo, lo adapta al contexto tecnológico actual y lo dota de una narrativa de futuro. Allí, convergen rendimiento extremo, aerodinámica avanzada y propulsión de hidrógeno.

El BMW Nazca C2, presentado en 1991 como evolución del Nazca M12. Fue concebido en plena efervescencia creativa por el estudio Italdesign, bajo la dirección del célebre Giorgetto Giugiaro.

Su diseño, con marcada influencia de los vehículos del Grupo C de resistencia, combinaba formas orgánicas con una aerodinámica extremadamente refinada.

La carrocería en forma de cuña, las superficies lisas y una cúpula acristalada para el habitáculo lo posicionaban como un experimento visual sin precedentes dentro del universo BMW.

Aquel concept se valía de un motor V12 de cinco litros desarrollado por la propia casa bávara, que ofrecía 350 caballos de potencia.

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Su velocidad máxima superaba los 300 km/h, prometiendo un nivel de prestaciones a la altura de los grandes GT europeos.

Sin embargo, la incertidumbre económica que marcaba el inicio de los años noventa llevó a BMW a desestimar su producción.

El Nazca quedó así como un brillante esbozo de lo que pudo haber sido, eclipsado por decisiones estratégicas más conservadoras.

Más de tres décadas después, el Ethos de Ciarcià retoma ese legado interrumpido y lo proyecta hacia un nuevo horizonte.

Mantiene el esquema general de silueta baja y extendida, con una cabina tipo burbuja, pero lo adapta a las sensibilidades estéticas y técnicas contemporáneas. Ya no se trata de un homenaje estilístico, sino de una relectura en clave futurista.

El Ethos adopta una estética radical que oscila entre la inspiración retro y la expresión neofuturista. El perfil general recuerda deliberadamente al Nazca C2, pero introduce líneas más agresivas y detalles de vanguardia, como un frontal con enormes entradas de aire flanqueadas por ópticas LED integradas con discreción.

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Este tratamiento otorga al conjunto una identidad visual coherente con los códigos actuales de BMW, sin perder el carácter experimental que exige un superdeportivo conceptual.

El diseño de la parte posterior es particularmente significativo. Ciarcià opta por una configuración de cola tipo Kammback, optimizada para reducir la resistencia aerodinámica sin sacrificar la estabilidad.

 La zaga incorpora una delgada franja de luz horizontal que actúa como firma lumínica. Un alerón trasero activo, diseñado para desplegarse en función de las condiciones dinámicas, añade una capa funcional que apunta directamente al alto rendimiento.

Uno de los elementos más distintivos del Ethos es la reinterpretación del techo acristalado, que no solo permite una visibilidad panorámica, sino que incluye un mecanismo articulado para facilitar el acceso al habitáculo.

Este detalle técnico, heredado conceptualmente del Nazca, adquiere aquí una función ergonómica y una estética de ciencia ficción que refuerzan el carácter experimental del conjunto.

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Aunque los bocetos divulgados por Ciarcià no muestran con detalle el interior del Ethos, el planteamiento general sugiere un habitáculo orientado al conductor, con interfaces digitales, superficies limpias y materiales ligeros.

Cabe suponer la presencia de fibra de carbono en la estructura y revestimientos, asientos deportivos de contención optimizada, y un sistema de instrumentación virtual con realidad aumentada.

Por otro lado, la elección mecánica del BMW Ethos Concept es tan arriesgada como innovadora.

Ciarcià descarta cualquier referencia a motorizaciones térmicas convencionales, incluida la icónica arquitectura V12 de su antecesor.

En su lugar, propone un esquema de propulsión completamente eléctrico alimentado por una pila de combustible de hidrógeno.

Esta elección no es casual: se alinea con una de las grandes líneas de investigación de BMW en los últimos años.

En este sentido, el Ethos podría anticipar una línea de trabajo que BMW solo ha explorado hasta ahora en prototipos como el iX5 Hydrogen,.Aunque no lo ha llevado al terreno del automovilismo deportivo.

Al incorporar esta tecnología, el Ethos se sitúa en la frontera entre la movilidad sostenible y el alto rendimiento. Más que una fantasía técnica, la propuesta de Ciarcià ofrece una visión plausible de cómo la ingeniería de hidrógeno podría integrarse en vehículos de la más alta gama sin renunciar a la identidad emocional del automóvil deportivo.