Test: Volkswagen Eos Komfort
A bordo del convertible más económico de la firma alemana, el cual saldrá de la oferta en poco tiempo, comprobamos las buenas cualidades de su techo rígido plegable y de su elevado nivel de equipamiento.
No haber logrado conquistar el corazón de los clientes y la aparición de otros diferentes modelos dentro de su segmento provocaron que Volkswagen haya decidido acelerar la desaparición de uno de sus ejemplares más llamativos dentro del mercado. Ante esto, y teniendo en cuenta que la época de verano también está por llegar a su fin, en Conduciendo.com no tuvimos mejor idea que salir a probar al Eos Komfort, un atractivo y completo vehículo que conjuga las cualidades de un descapotable con las de un coupé.
Ubicado bajo la sombra del Beetle Convertible, esta variante es la versión más asequible de los descapotables que ofrece la compañía; aunque cuenta con una particularidad que hace que se destaca que no solo dentro del portafolios de la automotriz alemana, sino en todo su segmento: la “capota” plegable rígida. Esta característica distintiva es sin dudas la más determinante de todas las que posee dado que es una de las responsables de conformar el encanto exterior.
Gracias a este techo duro podríamos decir que el Eos es una especie de híbrido entre los descapotables y los coupé, ya que cuando este está desplegado toda la estructura queda cerrada de forma hermética a tal punto que el ruido exterior que aislado completamente; mientras que cuando está retraído en la cajuela, todas las bondades de un roadster afloran.
Sólo se requieren un puñado de segundos para la apertura o cierre del mismo; acción que obviamente realizamos en varias oportunidades y que, como era de esperar, cautivó la mirada de varias de las personas que había alrededor. Es para ponderar también la existencia de un techo panorámico integrado que permite conducir con la estructura cerrada, pero disfrutar al mismo tiempo, y en cierto modo, del aire libre. Las dos funciones se activan por un par de botones de aspecto único situados entre el conductor y el pasajero.
Más allá del techo, el exterior tiene líneas limpias y adopta diferentes terminaciones que ya se hacen presentes en otros ejemplares de Volkswagen, como en el Jetta y en el Golf. Al margen de su condición de descapotable, el Eos no es excesivamente un deportivo, ni tampoco es llamativo como el Beetle, pero de todas maneras ostenta una silueta que se sobresale al verlo circular por la carretera.
Dentro del habitáculo nos encontramos con materiales de alta calidad, una buena combinación entre la tonalidad clara del tapizado de los asientos y de los paneles con el color oscuro del salpicadero, y sendas terminaciones en aluminio que ayudan a conformar una grata imagen. Si bien hay espacio para cuatro pasajeros, como en la mayoría de los automóviles de dos puertas, quienes viajan en las plazas posteriores disponen de un lugar más acotado. El maletero también es bastante limitado, puesto que ya de por sí, cuando la capota rígida está extendida el volumen de cargar es de 10.5 pies cúbicos, y cuando está está “guardada” desciende hasta los 6.6 pies cúbicos.
En lo que a equipamiento se refiere, a pesar de que estuvimos detrás del volante de la opción que representa al modelo base, la Komfort, podemos decir que es bastante completo en comparación con otros automóviles en esta clase. De serie figuran asientos recubiertos en cuero sintético, conectividad de audio Bluetooth, sistema de sonido de ocho altavoces con cambiador de seis CD, climatizador de doble zona, sistema de navegación con pantalla táctil a color de cinco pulgadas, butaca del conductor eléctrica regulable en doce posiciones con apoyo lumbar, asientos delanteros con calefacción y volante multifunción. Ante semejante cantidad de elementos, sorprende que no incluyera una cámara de visión trasera, especialmente teniendo en cuenta que la visibilidad hacia atrás no es la más agraciada.
Así como antes indicamos que pese a formar parte de la familia de los descapotables el diseño del Eos no lo vinculaba directamente con la gama de los deportivos, el rendimiento vuelve a ratificar este pensamiento. La propulsión está a cargo de un motor de 2.0L turbo de cuatro cilindros que produce 200 caballos de fuerza y 207 libras-pie de torque que trabaja junto a una caja de automática DSG de seis velocidades. Esta mecánica pregona un manejo igual de sensible que en el resto de los Volkswagen, especialmente cuando se conduce en el modo Sport, y otorga una conducción tranquila que logra una eficiencia de 25/30 mpg. De la misma forma, la suspensión es bastante suave y la dirección no es muy ágil tampoco.
En definitiva, el Eos nos resultó un vehículo interesante, que le permite a los usuarios poder jugar con la idea de decir que poseen tanto un convertible como un coupé en el garage de su casa; y que se impone en su rubro por la buena dotación de equipamiento que posee en relación con su precio final. Sin embargo, el poco peso de su nombre dentro de la industria y haberse quedado a medio camino entre los modelos distintivos y los convencionales entrega como resultado final un vehículo que se siente más como un convertible cómodo, que como un deportivo.