Test: Citroën C4 Aircross

Este modelo, que sale de la unión del Grupo PSA con Mitsubishi, tiene características diferentes a todos los productos de la marca. Un buen producto que lamentablemente fue alcanzado por el «impuestazo».

Pruebas | conduciendo | 23/04/2014 | Compartir

Parece algo repetitivo en los últimos test que hemos hecho en Conduciendo.com, pero el gran aumento de precios que hubo desde principios de 2014 hizo que nuestras opiniones con las pruebas realizadas cambien. En realidad no debería ser de esta manera porque el vehículo sigue siendo el mismo, pero esta (terrible) variación hizo que se alze la vara por la cantidad de pesos que hay que gastar para llegar a un producto de estas características. –Catálogo 0km.-

Para dar un ejemplo, antes de comenzar con los detalles de la prueba, el tope de gama del Citroën C4 Aircross salió al mercado en octubre a un precio de $316.700, ahora ese misma opción con la transmisión automática CVT pasó a costar casi un $384.206.

Como dijimos en la bajada, el Citroën C4 Aircross es un modelo que sale de la unión del Grupo PSA con Mitsubishi. La realidad que el Mitsubishi Outlander Sport, el Peugeot 4008 y el modelo que probó Conduciendo.com son lo mismo, pero cada uno tiene algunos toques de diseño que los alínean con su respectiva marca.

Donde más cambia con respecto a sus hermanos es en la parte frontal con los leds y la parrilla cromada con el doble chevrón frontal en el centro. Otro cambio es que las luces de la parte de atras son continuadas hacia los laterales. Después es bastante similar a los otros productos con barras en el techo, los amplios pasos de ruedas, el techo panorámico y las llantas de 18 pulgadas. La marca francesa ha hecho un trabajo de modificación de diseño del producto que por fuera hace parecer un genuino Citroën.

En el interior no se ha podido incorporar demasiado el ADN de la marca. Las calidades son realmente buenas pero tiene ese estilo sobrio (y aburrido) de los modelos japoneses. Tiene algunos plásticos blandos y el techo traslúcido panorámico es sin dudas una cualidad atractiva, ya que permite iluminar la cabina en pleno día y deja apreciar el cielo en la noche; aunque la imposibilidad de apertura y la falta de una cortina puede hacer que la temperatura del interior suba demasiado.

La posición de manejo es buena y alta, bien al estilo de un SUV. La habitabilidad es una de sus principales características. Al igual que las plazas delanteras, las traseras son amplías y espaciosas. Cuatro adultos puede viajar durante un largo tramo con total comodidad. La capacidad del baúl, de 416 litros, no es de las mejores pero está en la media del segmento.

Llegamos a la parte más Mitsubishi de todas. Toda su mecánica viene del producto japonés con el motor naftero de 16 válvulas de 2.0i litros, 150 caballos de potencia y 196 Nm de torque. La unidad probada por Conduciendo.com esa la versión CVT automática de «seis marchas» con variación continua y levas al volante.

A pesar de que su salida no es la mejor, si hay que destacar que su rendimiento es bueno y que el funcionamiento es relajado, puesto que no supera las 2.200 rpm a una velocidad crucero de 130 km/h. Esta combinación da un consumo de poco menos de trece litros cada cien kilómetros en ciudad y de poco más de diez litros en ruta en la misma distancia.

Siguiendo con la linea japonesa, la tracción total inteligente es un sistema desarrollado exclusivamente por Mitsubishi. El conductor tiene la posibilidad de seleccionar entre tres modos de conducción: 2WD, Lock o 4WD.

El primero (2WD), que se usa en el transito cotidiano, reduce el consumo de combustible debido a que le vehículo automáticamente trabaja sólo con el tren delantero. El segundo (Lock) sirve para tener una buena tracción en superficies de poca adherencia, enviando de forma constante un 50% de par a las ruedas traseras (sólo funciona hasta 50 Km/h.). El restante (4WD) realiza de forma inteligente el reparto de par entre el tren delantero y el tren trasero para tener total control en el off-road más dificil.

Su equipo de seguridad está dentro de los más completos del segmento. De serie cuenta con siete airbags, sistema de frenos antibloqueo (ABS) con distribución de la fuerza del frenado electrónicamente (EBD) y asistencia al frenado de emergencia (BAS), controles de estabilidad (ESP) y de tracción (TCS), ayuda de arranque en pendiente, ganchos ISOFIX y asistente sonoro para el estacionamiento. –ver ficha técnica

En cuanto al confort, el Citroën C4 Aircross también es completo pero tiene algunos faltantes que llaman la atención. Entre los ítems más destacados que equipa se puede nombrar el cuero de los asientos calefaccionables y el volante, la llave de reconocimiento a distancia al conductor, el climatizador automático, los encendidos automáticos de luces y limpiaparabrisas, el control de velocidad crucero, la computadora de abordo y el volante multifunción. También hay que recordar, aunque ya los nombramos en otros parrafos, los cambios de accionamiento secuencial al volante y el techo traslúcido panorámico. –ver ficha técnica

¿Los faltantes? Sin dudas, teniendo en cuenta que varios de sus competidores los tienen y el valor del vehículo en el mercaod, la pantalla delantera del interior que trae aparejado la ausencia del navegador satelital y la cámara de retroceso.

El C4 Aircross llegó al mercado argentino en octubre para ocupar un lugar donde la marca no tenía ningún modelo. En su lanzamiento nos pareció un gran oportunidad de ofrecerles a nuevos clientes algo que Citroën antes no podía brindar. Con el paso de los meses, la fuerte suba en los precios y el impuesto otorgado a los bienes de lujo, este producto se distorsionó porque ya no cumple con los objetivos para que se trajo.

Con buen confort de marcha, tracción integral de categoría y algunos rasgos de diseño de la marca francesa, el Citroën C4 Aircross se transformó en el producto premium de la marca pero tiene la dificil misión de sostenerse en el segmento más dificil de comercializar del mercado argentino, los SUVs.