Test: Citroën DS3 Sport Chic
Lejos de las líneas originales que enseñan los modelos de la firma del doble chevron, figura el pequeño deportivo de la gama DS, un compacto de imagen atractiva, poderoso motor y reducido espacio.
Si bien Citroën siempre se caracterizó por ofrecer vehículos de diseño moderno y particular, el resurgimiento de la familia DS vuelve a posicionar a la compañía dentro del segmento de los ejemplares de alta gama. A través de una imagen totalmente cautivadora y netamente deportiva, el DS3 es el encargado de abrir las puertas hacia el mundo Premium.
Esta no es la primera vez que Conduciendo.com tiene la posibilidad de testear un DS3; sin embargo, ya sea por las actualizaciones de equipamiento, como por las variaciones estéticas y mecánicas, se justificaba una nueva prueba. De hecho, que en el nombre de esta flamante versión figuren las palabras «chic» y «sport» no parece mera casualidad, ya que según la Real Academia Española, «chic» aduce elegancia, moda y distinción; y «sport» remite a lo deportivo. Cualidades puras que se conjugan en este pequeño automóvil de acento francés.
El punto fuerte del DS3 es sin dudas su diseño exterior, donde mediante líneas modernas y trazos especiales se diferencian de sus competidores más cercanos, el MINI Cooper, el Peugeot 207 GTi, el Alfa Romeo MiTo y el Audi A1. Algunos de sus puntos más destacables son la carrocería bi-color (la tonalidad del techo y los espejos difiere de la del resto del cuerpo), los diversos apliques cromados, la vida conjunta del doble chevrón con el emblema DS en el capó y el portón trasero, la gran toma de aire inferior, las tiras de luces diurnas de LED, las llantas de 17 pulgadas, la salida de escape doble y el alerón trasero.
En la unidad probada, todos estos atributos se mezclaban con calcomanías en los laterales y cuadriculados en el techo que realzaban su carácter de competición. Fiel al rubro deportivo, el chásis se encuentra cerca del suelo; sin embargo, podemos asegurar que la altura es la justa y necesaria como para que no se produzca ningún tipo de roce con las imperfecciones de las calles y rutas de Buenos Aires. Teniendo en cuenta que la competencia los ofrece, es llamativa la ausencia de los faros de xenón y el techo solar.
Ya sea por el volante con la superficie inferior achatada, la pedalera de aluminio, las butacas de cuero envolventes, los apliques decorativos o la corta palanca de cambios; lo cierto es que la zona interior también remite a lo deportivo. La posición de manejo, que es baja y muy buena, se complementa con las regulaciones en altura de la columna de dirección y de las butacas. Como todo representante de su rubro, la luneta es pequeña, por lo que para ver lo que sucede detrás del DS3 hay que apoyarse en demasía en los espejos laterales, que son de buen tamaño.
Tanto la existencia de un tablero de instrumentos de fácil lectura, como los asientos delanteros calefaccionables, el espejo interior antideslumbrante, los alzacristales delanteros, el climatizador automático, el control de velocidad crucero y los espejos exteriores eléctricos y rebatibles, son atributos de serie.
Quizás la modificación más significativa de esta variante, y que lo diferencia del resto, es la aparición de una pantalla multifunción en la consola central; de la cual se pueden controlar las funciones de la radio y el teléfono (siempre que esté pareado vía Bluetooth); se refleja la información que entrega la computadora de abordo, la advertencia de puertas abiertas, el sensor de estacionamiento y, fundamentalmente, entrega los datos del GPS.
Una ventaja que posee este navegador en comparación con los portátiles es que no sólo permite ajustar el volumen de la voz que marca el recorrido, sino que además disminuye automáticamente la potencia del sistema de audio; por lo que la comprensión de las indicaciones es más simple.
Aunque es para destacar la existencia del tercer apoyacabezas trasero, lo cierto es que, como en todo deportivo, el espacio trasero es acotado. De por sí, el ingreso a la zona posterior ya es algo dificultoso, al igual que la mayoría de sus competidores. Por su parte, el baúl ostenta un volumen de 285 litros, respetable cifra para su segmento, sobre todo, al saber que allí también se aloja la rueda de auxilio.
En pos de la seguridad, Citröen equipó a este compacto con un sistema de frenos ABS, distribución de la fuerza del frenado electrónicamente (EBD), asistencia al frenado de emergencia (BAS), seis airbags (dos delanteros frontales, dos delanteros laterales y dos de cortina), controles de estabilidad y tracción, faros antiniebla y ganchos ISOFIX pasa ajustar los asientos de los niños en las plazas traseras.
Las sensaciones de manejo en general son buenas, y se fomentan en la estabilidad, la dirección asistida variable y el elevado ángulo de giro. Más allá de sus cualidades deportivas, puede adaptarse al uso diario sin necesidad de consumir grandes cantidades de combustible, de hecho, su gasto promedio es de 6 l/100 km. La existencia de un indicador de marcha en el medidor de combustible digital, contribuye a esto. Gracias a su propulsor naftero de 1.6L e inyección turbo, que desarrolla una atractiva potencia de 156 caballos de fuerza y que se acopla a una transmisión manual de seis marchas, logra una velocidad máxima de 214 km/h y pasa de 0 a 100 km/h en sólo 7.3 segundos sin esfuerzos desmedidos.
En conclusión, el Citroën DS3 Sport Chic es un deportivo de encanto singular que llama la atención de todo aquel que lo ve pasar, que dispone de buenos elementos de confort y manejo, y que está apuntado hacia el público juvenil exigente.