Test: Fiat 500 Sport
Distinto y bien logrado representa un nuevo perfil adoptado por la marca italiana. Netamente urbano, con reducidos consumos, muy maniobrable y cool; es una opción distinta a un precio razonable.
El Fiat 500 ya no será más una pieza para exóticos. Desde que la marca empezó a fabricarlo en México –incluso para Estados Unidos como su nuevo mercado- su precio se redujo drásticamente respecto del modelo anterior (fabricado en Polonia para Europa) y así comenzó a transitar el camino de serio competidor dentro del mercado.
No hay dudas que por diseño logra distanciarse de cualquier otro. Reedita al mítico 500 de los años 50´ y logra un destacado aspecto que se emparenta más con el Mini Cooper que con cualquier otro rival. El auto es verdaderamente pequeño, mide 3546 mm y puede acomodar a cuatro adultos, aunque en las plazas traseras no habrá alternativa que viajar ajustado e incómodo.
Pero el 500 fue pensado como un agraciado vehículo urbano, con estilo y para que, a lo sumo, viajen dos personas en forma habitual. Su facilidad de estacionamiento y su gran destreza recorridos urbanos no solo lo colocan con un lindo y destacado Fiat, sino como una verdadera herramienta en el tránsito actual. Su magnífica dirección asistida es uno de los puntos altos del modelo, le permite estacionar o realizar maniobras en espacios reducidos con poco esfuerzo y un muy buen radio de giro.
El puesto del conductor es confortable y, a gusto de quién escribe, la selectora de cambios se encuentra bien ubicada como formando parte de la consola central y en ubicación alta como en un familiar, facilitando su uso. En general la visibilidad es buena a pesar del tamaño de los parantes.
El interior es realmente destacado. Su diseño atractivo completa su estética exterior perfectamente. Los asientos de cuero, el techo traslúcido eléctrico o el excelente equipo de audio marca Bose (versión probada) marcan distinción en el 500.
Exteriormente es agraciado en todas las versiones, pero la Sport posee mayor agresividad y una llantas deportivas de gran diseño de 16 pulgadas y detalles que acompañan esa estética. Para complementarlo le otorgaron un motor 1.4 litros que eroga 105 caballos de fuerza, que es mucho para el segmento (la versión alternativa, llamada Cult, con un motor 1.4 de 85 cv).
Con este motor obtiene muy buenos rendimientos en ciudad, haciendo que su potencia sea holgada para estos trayectos y hasta con un toque verdaderamente deportivo. En cambio, en trayectos de ruta o autopista, no se mueve con tanta soltura, pero si adapta bien gracias a la suspensión y al diseño «deportivo». A velocidades altas constantes se lo nota con un impulsor algo exigido, algo lógico para un eficiente motor 1.4 litros.
También hay que destacar el equipo de seguridad. Con cuatro frenos a disco, ABS, distribución de la fuerza del frenado (EBD), control de estabilidad (ESP), control de estabilidad (TCS) Y la cantidad de hasta seis airbags.
En conclusión: el 500 es un grato modelo de la marca, que viene a cambiar la imagen de Fiat. Un bello diseño que evoca una parte importante de la gran industria italiana de automóviles y que, además, ofrece un muy buen producto urbano por su confort y equipamiento, consumos bajos y ductilidad de uso.
Mirá los datos técnicos y los precios del Fiat 500, aquí.