Test: Smart ForTwo y ForFour

El emblemático city car tiene ahora dos siluetas disponibles en la argentina. Su motor 1.0 de 71 CV proporciona agilidad y bajo consumo.

Pruebas | conduciendo | 26/07/2016 | Compartir

El Smart en un vehículo muy singular. Pese a que otras automotrices lanzaron diferentes modelos urbanos, este producto sigue siendo el rey de los city cars.

Ahora, en la Argentina se puede optar por la versión para dos pasajeros, o la ampliada para cuatro.

Al momento de conducir un Smart, las sensaciones son bien diversas. Los atributos que tiene generan gran satisfacción, pero los defectos causan desagrado.

Se sabe que la agilidad es una de las ventajas más destacadas de este modelo. El motor 1.0 de 71 CV le calza perfecto y su bajo consumo es notable. En las versiones testeadas, el propulsor estaba asociado a una caja manual de cinco marchas de cómodo accionar y muy precisa.

El espacio interior es acotado pero bastante cómodo. En el caso del ForTwo, ambos pasajeros gozan de un buen lugar y en el ForFour hay cuatro plazas bien definidas. Si bien una persona muy alta no puede viajar con comodidad en la parte trasera, la silueta con cuatro puertas puede albergar perfectamente a dos pasajeros adultos.

Una conducción dinámica y divertida y un rendimiento excelente en baja son dos cualidades que hacen al Smart un vehículo ideal para la ciudad, más si se tiene en cuenta que es muy fácil de estacionar, gracias a su tamaño, al sensor de asistencia y a su radio de giro.

Por otra parte, este ultra compacto tiene bastantes cosas a corregir. En la versión ForTow, el cinturón de seguridad no es regulable en altura y está ubicado bastante atrás de los asientos. Por ende es difícil llegar a ellos y resultan incómodos cuando están puestos. Esto no ocurre en el ForFour, que sí posee regulación.

La visión hacia atrás es nula si no se efectúa por los espejos retrovisores. Esto se debe a la altura de las butacas, que tienen cabecera incorporada.

Tal vez, uno de los problemas notorios es el porta celulares instalado en el centro de la consola central. La falta de una pantalla llevó a la marca a buscar una alternativa, y así se colocó este elemento plástico. Está diseñado básicamente para colocar un iPhone, por lo que si el usuario tiene un celular más grande, no entra. Su ubicación impide ver algunos controles del estéreo y entorpece la llegada de la mano a la baliza.

El Smart es una solución a los problemas de movilidad en grandes ciudades. En la Argentina, su valor oscila entre los 23.000 y 30.000 dólares. Algo excesivo si se toma en cuenta que es un auto sólo de uso urbano.