Test: Renault Fluence GT

Un picante motor de 180 caballos de potencia, unos frenos de alta calidad y los detalles del kit deportivo de diseño, conforman al eficaz Fluence GT. El vehículo más potente de producción nacional.

Pruebas | conduciendo | 05/03/2013 | Compartir

Renault poco a poco va subiendo la apuesta con el sedán que se lanzó a fines de 2010. La incorporación al mercado local del Fluence GT, primer vehículo homologado por Renault Sport que no se fabrica en Francia, le dio a la marca un modelo para competir directamente contra el Peugeot 408 Sport de 163 CV y, un poco más alejado, con el Volkswagen Vento 2.0 TFSI de 200 CV.

Entre la llegada del Fluence al país y el lanzamiento de la versión GT, Renault Argentina comercializó una opción denomidada Sport que poseía el 2.0 turbo de 180 CV con caja manual de seis marchas, pero que no tenía grandes cambios en su diseño.

Ahora, a simple vista las diferencias con el modelo convencional son notorias. Los marcados spoilers, el alerón, los faros de xenón, los espejos y manijas en tono metal y las llantas bitono de 17 pulgadas, le dan al exterior una impronta más atlética y robusta. A su vez, el interior dispone de los tapizados y el volante forrados en cuero negro con costuras en rojo, las insignia GT en los reposa cabezas y el velocímetro es central y digital.

En su lanzamiento la marca francesa hizo hincapié en que el Fluence GT equipa el motor más potente del mercado nacional. Al manejarlo y sentir la potencia y la recuperación del impulsor, creemos acertada la jugada de Renault porque se hacen notar cada uno de los 180 caballos de potencia. Gracias al torque de 300 Nm a las 2200 revoluciones por minuto, cualquier sorpaso en la ruta se puede hacer con total comodidad y sin tener que bajar una marcha dado la capacidad de aceleración. -ver ficha-

El modelo es un deportivo con todas las letras. A pesar del poderoso motor y sus cualidades atléticas, las suspensiones fueron trabajadas para circular en el tránsito citadino y brindan un confort de marcha muy bueno. Saliendo a la ruta, su hábitat natural, el Fluence GT desarrolla todo a la perfección. Su tenida en curva y las aceleraciones son lo más destacable.

Acoplado al 2.0 de 180 CV viene una transmisión manual de seis velocidades que juega un papel importante en cuanto al consumo. Sabiendo que estamos a bordo de un vehículo deportivo, tiene niveles buenos: en ruta está alrededor de los 7 litros cada 100 y en ciudad cerca de los 12 cada 100 kilómetros.

La capacidad del habitáculo para los ocupantes es digno de un sedán. Las butacas deportivas delanteras se acomodan a gusto del conductor sin ningún tipo de problemas. Se destaca su gran sostén lateral, algo importante para los vehículos «picantes». A su vez, las plazas traseras tiene un buen espacio tanto de piernas como de altura. Dispone de un baúl de 530 litros y un tanque de combustible que carga 60l. -ver ficha-

Todo esta potencia está sostenida por un buen equipo de seguridad y unos frenos de alta calidad y respuesta. El alto nivel del equipo se conforma por sistema ABS en las cuatro ruedas con distribución electrónica, asistente de frenado de emergencia, seis airbags y los controles de tracción y estabilidad.

El equipamiento completo no queda sólo en seguirdad sino que se estira también a los aditamentos de confort. Por ejemplo los espejos exteriores son eléctricos y plegables, cuenta con computadora de a bordo, climatizador bi-zona, techo solar, control de velocidad crucero, tarjeta manos libres para la apertura y arranque del vehículo y el sensor de estacionamiento muy útil para las medidas del vehículo.

Otra incorporación, ya algo habitual en este tipo de modelos, es el navegador satelital que se posiciona fijo sobre la consola central. Dos marcas le encontramos a este sistema, el no plegado -algunos de sus rivales lo tienen- y su complicación para operarlo, al menos en una semana que duró el test de Conduciendo.com. -ver ficha-

La cualidades deportivas del Renault Fluence GT lo ponen como una opción considerable dentro del tope de gama de los sedánes de las marcas generalistas. Un salto a los modelos premium con similares motorizaciones está alejado en cuestiones ecónomicas y por eso en el espacio que ocupa no hay muchos rivales directos.

Esta claro que el segmento de lo sedánes está superpobaldo –Toyota Corolla, Honda Civic, Chevrolet Cruze, Citroën C4, Peugeot 408, Volkswagen Vento, Fiat Linea, Ford Focus Exe– pero son pocas las opciones que ofrecen este estilo de características.

La estética exterior e interior, el confort de marcha tanto en ciudad como en ruta y, principalmente, su motorización turbo de 2.0 litros y 180 CV, nos han dejado excelentes impresiones. Las calidades de los materiales y las prestaciones no tienen nada que envidiarle a los vehículos más exclusivos y eso es un gran punto a favor.

Construído en la Planta de Santa Isabel de Córdoba, el Fluence GT se ha ganado con creces la inusual homologación de Renault Sport a un modelo fabricado fuera de Francia.