Test: Jeep Wrangler Rubicon
Nos subimos a la versión tope de gama de Wrangler que se caracteriza, al igual que los demás Jeep, de las increíbles condiciones off-road y, además, le suma varios detalles de confort.
Pensar en la posibilidad de comprar un Jeep puede pasar por la mente de cualquier persona que busque una camioneta para su próximo vehículo, pero pocos son los que realmente están dispuestos a aceptar todas las cualidades de la marca. A pesar que con el paso de los años las condiciones de confort de los modelos de Jeep han mejorado, todos los productos siguen identificados con la vida rústica de off-road y, por ese motivo, tiene un pequeño grupo de clientes.
Como pasa con otros icónicos vehículos, el Jeep Wrangler tiene sus fanáticos que darían más de los pensado para estar al volante pasando por difíciles caminos de barro y disfrutar de la excelente respuesta ante cualquier obstáculo. Todos estos apasionados están totalmente acertados en que cuando uno maneja al Wrangler tiene la sensación de que cualquier incoveniente que se interpoga puede ser superado con comodidad.
Para transitar los caminos off-road, y bien al estilo de la marca, todavía disponde de la caja reductora manual. De esta manera, poniendo la selectora en baja es imposible estancarse en cualquier lado. Además, el Wrangler Rubicon cuenta con el bloqueo mecánico de diferencial para que las ruedas, en condiciones extremas, empujen todas con la misma fuerza.
Saliendo del barro y la tierra, en ciudad es un vehículo que, lógicamente, cuenta con poca maniobrabilidad. Al tener escasa superficie vidriada, la visibilidad no es la mejor, aunque suma unos imponentes espejos laterales externos que ayudan cuando el tránsito es denso. En ruta hay que llevarlo atento y asegurar los sorpasos con tiempo porque no es un vehículo que tiene buenas recuperaciones, dado que pesa más de dos toneladas.
Dentro de la novedades de la versión Rubicon que probó Conduciendo.com está la incorporación del motor V6 3.6 Pentastar que desarrolla unos 284 caballos de potencia y un torque de 347 Nm a las 4300 revoluciones por minuto. Esta unidad está asociada a una transmisión automática de cinco marchas con pasos suaves y correctos, aunque creemos que le vendría bien una marcha más.
Una da las principales razones de la adhesión del Pentastar es bajar los elevados consumos del producto y se ha logrado. Aunque todavía se mantiene en altos niveles, el Wrangler Rubicon logró bajar a poco menos de 12 litros cada 100 kilómetros en ruta y por encima de los 15 en el transito en ciudad. A pesar de estos números, el tanque de combustible de 85 litros le da una buena autonomía. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a los 180 kilómetros por hora.
Dentro de las cualidades más especiales del Jeep Wrangler, se encuentra el característico techo de fibra de vidrio que se puede desmontar -con un poco de tiempo- tanto en las plazas delanteras como en las traseras. Además, en el baúl está guardado un capota de lona que se puede poner cuando se saca el otro. Con cualquierda de las dos opciones, el vehículo dispone, para protección de todos los ocupantes, una robusta barra antivuelco que está «escondida» bajo una protección acolchada. Entre todas las posibilidades de «armar» el Jeep, también se puede nombrar la posibilidad de sacar las puertas y bajar el parabrisas.
El habitáculo tiene una excelente calidad de materiales y muestra una imagen rústica fiel al estilo de la compañía. Un punto destacable es que han agregado compartimientos donde se pueden ubicar cualquier tipo de objetos.
Siguiendo con la historia del Wrangler, la comodidad interior se divide en dos. Las plazas delanteras tienen un espacio amplio tanto vertical como horizontalmente. Contrario a la prestancia de las butacas del conductor y el acompañante, el área trasera cuenta con buen espacio para las piernas pero los respaldos son algo incomodos por su respaldo vertical. La posición de manejo es alta pero confortable aunque el volante cuenta sólo con ajuste vertical.
La consola central ofrece una pantalla táctil y las perillas de la apertura electrónica de las ventanillas que resultan algo incómadas hasta acostumbrarse. Es de destacar el buen sonido del equipo de audio que cuenta con conexión auxiliar, puerto USB y reproductor Mp3. –ver ficha técnica–
Tope de gama de la serie, lo más destacado de la versión Rubicon en sus características de confort son: la regulación interna de faros, el volante recubierto en cuero, los alzacristales eléctricos en todas las ventanas, el climatizador automático, la dirección asistida, el control de velocidad crucero, la computadora de abordo y el volante multifunción. Es llamativo que no tiene sensor de estacionamiento trasero y con las dimensiones del vehículo y la rueda de auxilio, que se ubica en el portón trasero, se hace dificil calcular las distancias cuando se aparca en reversa.
A su vez, el equipo de seguridad ofrece control de descenso de pendiente, sistema de asistencia al arranque en pendientes (HLA), doble airbag delantero, frenos ABS (Antibloqueo), controles de estabilidad (ESP) y de tracción (TCS), tercer apoyacabezas trasero , indicador de presión de neumáticos y una garantía de dos años o 50.000 kilómetros, que podría ser más extensa. –ver ficha técnica–
Está claro que el cliente que llega a comprar un Jeep Wrangler sabe de las cualidades -tanto buenas como mejorables- que posee el vehículo. El precio -más de 325.000 pesos– puede ser uno de los puntos más conflictivos del modelo, pero el que está seguro de gastar esa cantidad de dinero sabe que sobran motivos para semejante valor.
Mejorado en confort, con una nueva motorización y con la inigualable capacidad off-road, el Jeep Wrangler Rubicon es una opción excelente para los amantes del barro, las travesías y los caminos difíciles.