Test: Jeep Grand Cherokee Overland
La variante más completa de la cuarta generación de la multireconocida SUV de la compañía estadounidense sobresale por su nivel de confort, su tecnología y sus cualidades todoterreno.
Sólo unos meses después de su llegada al país, Conduciendo.com tuvo la oportunidad de probar la Jeep Grand Cherokee Overland, una de los SUV más grandes y completas que dispone el mercado nacional.
A lo largo de los años, el modelo en sí ha sido uno de los más codiciados por los amantes de los vehículos offroad; sin embargo, en varias oportunidades quedaba fuera de la elección final por algún que otro faltante de equipamiento o falta de confort. Hoy, mediante esta versión, es posible asegurar que la compañía se inserta de lleno en la competencia máxima del segmento de las SUV de lujo ante la Volkswagen Touareg, el Audi Q5 y la BMW X5; con un gran producto.
Estéticamente esta variante enseña una imagen robusta, que al transitar por las calles marca presencia por su imponente tamaño (4.8 metros de largo, 1.9 de ancho, 1,7 de alto y una distancia entre ejes de 2.9). Del mismo modo, si se la compara con su compañera de vidriera (Limited 3.6L ATX), las diferencias no son muchas, salvo por sus formas más redondeadas y aerodinámicas. Fiel a la familia Jeep, en la zona frontal se mantiene la parrilla de siete ranuras. Atrás, la aparición del alerón sobre la luneta y la barra cromada que une a los faros de buen porte provocan que el aspecto se torne algo más elegante. Como complemento, las llantas de aluminio de veinte pulgadas son las encargadas de brindar el toque deportivo.
En contrapunto a lo que se ve por fuera, dentro de la camioneta cobran fuerza los detalles lujosos, las terminaciones en aluminio y madera, y los tapizados de cuero. Para acceder a la cabina sólo basta con acercarse a la camioneta, puesto que la llave con reconocimiento a distancia hace inncesario sacar el llavero del bolsillo. Lo mismo sucede al momento de dar arranque, dado que con mantener pisado el freno y pulsar el botón de Start-Stop alcanza. -ver ficha-
El espacio es uno de los mejores aspectos a destacar de la Grand Cherokee, ya que en las plazas delanteras como en las traseras se viaja de forma muy cómoda. Más allá de la amplitud, tanto las butacas del conductor y el acompañante, que disponen de regulaciones eléctricas, memorias, calefacción, ventilación y soporte lumbar; como los respaldos abatibles de los asientos posteriores son los protagonistas a la hora de encontrar una mejor ubicación. Además, la posibilidad de ajustar -también de forma mecánica- la posición de la columna de dirección en altura y profundidad hace que la posición de manejo se vea altamente favorecida. -ver ficha-
Respecto al equipamiento, la realidad es que ofrece todo tipo de elementos Premium, desde equipo de audio con reproductor de CD/DVD/MP3 y disco rígido de 30GB, pantalla táctil de 6,5 pulgadas, puerto USB, conexión auxiliar, Bluetooth, nueve parlantes mas un subwoofer, pantalla de video trasera con auriculares inalámbricos, cámara de visión trasera que facilita el estacionamiento junto con el sensor de proximidad, volante calefaccionado y multifunción, computadora de viaje, velocidad crucero, climatizador automático de doble zona, salidas de aire para las plazas posteriores, techo eléctrico corredizo, portón trasero electrónico, espejos laterales con desempañador y alzacristales eléctricos, entre otros. -ver ficha-
Si bien debajo del capó figura un poderoso motor V6 que desarrolla 286 caballos de fuerza, el elevado peso de la Overland (2341 kg) provoca que el poder nos deje con sabor a poco. Para colmo, el estar acoplado a una caja automática de sólo cinco velocidades, con transmisiones largas y un torque bajo de 347 Nm, no ayuda mucho respecto a la reacción. Además, como consecuencia de este conjunto mecánico, el consumo y las prestaciones no son muy atractivas. A su favor, está el nivel de relajación que enseña el propulsor a la hora de salir a la ruta y la insonorización.
Para tener en cuenta, también está la gran estabilidad que presenta (esto se debe a la suspensión independiente de las cuatro ruedas), la dirección electro hidráulica y el buen ángulo de giro. A su vez, cumplen un rol de gran importancia las capacidades offroad, en donde prevalecen el programa de suspensión neumática llamado Quadra Lift, que deja ajustar la altura de la carrocería según el terreno lo requiera; y el Selec Terrain, un asistente que reprograma los parámetros de rodaje de acuerdo a si se transita por nieve, barro, arena, piedra o se escoge un estilo deportivo. Además, la existencia de una opción de seleccionar un sistema de 4×4 bajo hace que la adherencia a los terrenos sea aún mejor.
En materia de seguridad, ya sea activa como pasiva, se ubica dentro de los referentes del segmento. Como sistemas de serie figuran los controles de estabilidad y tracción, las siete bolsas de aire (frontales, laterales, de cortina y de rodilla para el conductor), los faros Bi-Xenón, las luces antiniebla, nivelación automática de faros, frenos de disco con ABS, monitoreo de presión de neumáticos y alarma con inmovilizador. -ver ficha-
Aunque su precio es algo eleveado, el grado de confort, la buena calidad de las terminaciones, el abundante espacio y todos los sistemas tecnológicos y de seguridad, justifican semejante inversión. Realmente este producto nos ha dejado muy satisfechos.