Test: Ford Mondeo EcoBoost Titanium
Además de moderno y equipado ahora es rápido y ágil gracias a los 240 caballos del nuevo motor EcoBoost desarrollado por la marca para ganar potencia y reducir consumos y emisiones.
El Mondeo impulsado por el nuevo motor denominado EcoBoost marca la diferencia. Estéticamente es como el resto de la línea y solo cambia pequeños detalles, como las llantas pero sus 240 caballos y un elevado torque (340/1900 Nm/Rpm) son el verdadero alma de esta interesantísima versión del buque insignia de la marca.
Con los cambios que viene produciendo Ford a nivel global se han notado mejoras permanentes en la línea de diseño general, en los equipamientos y en las motorizaciones. En este último caso han seguido la tendencia de bajar las cilindradas y el tamaño de los motores sin que implique reducir potencia. Este reto ya tiene su primer escalón y muy bien logrado por cierto.
Con este motor el Mondeo se comporta fantásticamente y es capaz de desempeñarse como un V6, pudiendo engañar a cualquiera que no conozca de antemano sus cuatro cilindros. Es que sus casi 1600 kilogramos de peso no hacen mella en su desempeño dinámico, pues acelera rápidamente y logra sensaciones que no eran propias de otros motores del modelo que daban la impresión de autos pesados y aburridos.
Nada de eso pasa con esta versión, que parece tener una conducción juvenil y divertida que lo revitaliza para todas las edades y lo pone a competir con algunos modelos Premium por equipamiento y motor, aunque por tamaño esté por encima de ellos -como por ejemplo el Mercedes-Benz Clase C, el Audi A4-.
Su posición de manejo es baja y embutida, con asientos que sujetan bien al conductor y lo colocan en una postura bastante longitudinal con la posibilidad e regular el volante en profundidad que colabora en la postura de manejo mejorada. Un punto a favor es que el espacio es muy confortable, no chocando la pierna derecha del conductor con el torpedo central, algo bastante común en algunos autos para los que superan el 1,80 m de estatura.
Uno de los elementos que hacen mejor al motor es su transmisión. Automática de seis marchas le permiten un andar relajado en toda circunstancia. Si bien no dobla como los mejores, se comporta fielmente y firme en trayectos curvos y solvente en ruta con un frenado preciso y sin distorsiones.
A pesar de la caja, el peso del auto y sus prestaciones, el motor es tan eficiente que consume solo lo necesario, logrando cotas de algo menos de 10 litros c/100km. en tramos mixtos y unos 12 L/100Km. en ciudad.
Si a este alegre motor y un notable desempeño le agregamos su moderno diseño, una tamaño considerable (casi 4.9 metros de largo) y un equipamiento de confort y seguridad completísimo –Ver Ficha– nos encontramos ante una opción importante dentro del segmento que ocupa. Además, la calidad general es muy buena, encontrándose por encima de la media en terminaciones como en materiales utilizados.
El espacio para las plazas traseras es elogiable para las piernas y no molesta a los altos el techo que pareciera bajo a la vista por el remate del parante C, con terminación estilo coupé. Del mismo modo se destaca un baúl muy grande (de 493Lts.), muy profundo aunque no tan alto pero con una excelente boca de carga.
Es un auto pensado para aquellos que quieren prestaciones similares a las de un auto Premium, pero con la sobriedad de una marca generalista y ganando un poco más de espacio en competencia con ellos o siendo más económico que las gamas superiores y de similares tamaños de las marcas de lujo (como un BMW Serie 5 o un Audi A6).
Posee pocos puntos débiles, pero podemos esbozar dos claros sobre su equipamiento. Uno de ellos es el freno de mano electrónico que reforzaría su modernidad interior y eliminaría el tradicional espacio para el freno de mano y, el otro, la falta inexplicable de un sistema de navegación con pantalla integrada que le permitirían ser no solo más completo, sino competir mucho mejor parado frente a marcas que llevan ventaja.