Test: Ford Focus Sedán 1.6 MT

La opción entrada de gama del Focus se ofrece con una motor de 125cv y una transmisión manual de cinco marchas. Buen equipamiento y un precio acorde para el segmento, $219.000-.

Pruebas | conduciendo | 19/05/2015 | Compartir

Con la llegada del «impuesto a los bienes de lujo» las automotrices empezaron a ser foco en ofrecer productos de calidad desde los modelos entrada de gama del segmento C. Gran parte de esta focalización por parte de las automotrices se debió a que varias de las versiones comenzaron a caer en la primera escala del gravamen y los precios se fueron al… diablo.

Con respecto a la generación anterior, en la única distancia que creció el sedán fue en el largo, que ahora es mayor en 53 milímetros y alcanza los 4534 mm. Asimismo, conserva el ancho (2010mm), el alto (1484mm) y la distancia entre ejes (2648mm), pero es 16 mm. más bajo que el Focus Exe.

Si lo comparamos a nivel estético con el Titanium, tope de gama, esta versión tiene menos acabados cromados, faltan los sensores de estacionamiento y las ópticas cuentan con lámparas halógenas. Pero lo más notorio es el diseño y las dimensiones de las llantas. La variante full cuenta con llantas oscurecidas de 17 pulgadas con neumáticos 215/50/17 y este cuenta con 16″ con 205/55/16.

La línea «Kinetic Design» viene siendo un acierto de todos los modelos de Ford. Con algunos trazos distintivos en todos los modelos que fueron lanzados bajo la premisa del One Ford -totalidad de vehículos globales en el país para 2015-, la marca ha impresionado en todos los segmentos.

El interior es uno de los puntos más conflictivos. A pesar de que la consola central cuenta con plásticos blandos, el resto de los materiales y terminaciones no son de buena calidad. El espacio ganado por la consola reduce los lugares para guardar objetos y muchas veces quedan dando vueltas por el vehículo.

En el Focus Sedán pueden ir cómodos cuatro adultos. Las plazas delanteras tienen un buen espacio y la posición de manejo es buena, gracias a una confortable butaca con regulaciones manuales y al volante que se ajusta en altura y profundidad. Las segunda fila de asientos ha mejorado con respecto a su antecesor, lo que permite que los chicos puedan viajar cómodamente en cualquier posición y que los adultos tengan suficiente lugar para la piernas; pero los que superen la altura media habitual se molestarán con la altura del techo que es baja por la terminación de diseño del vehículo.

A pesar de ser el modelo entrada de gama, el Focus S mantiene la aplicación Sync. Esta tecnología con control por voz es una de los mejores del segmento por su funcionamiento intuitivo y útil. El sistema de audio con control satelital cuenta con reproductor de CD, MP3 y seis parlantes. El baúl -que tiene debajo de la alfombra la rueda de auxilio temporaria- pasó de 526 a 421 litros y la boca de carga es un poco acotada.  –ver ficha técnica

La motorización es el ítem más diferencial con respecto a los otros modelos. La versión S es la única que incorpora el Sigma 1.6 de 125cv y 159 Nm de torque. Acostumbrados a realizar cientos de kilómetros en el 2.0 de 170cv, que se ofrece en las restantes variantes, el 1.6 nos dejó con sabor a poco porque sabemos las prestaciones del más potente.

A pesar de todo, el 1.6 es un gran motor para ser un modelo entrada de gama. En ciudad, es rendidor y en ruta, a velocidades moderadas, cumple a la perfección. Está asociado a una transmisión manual de cinco marchas con relaciones bien elegidas y pasos claros. ¿Que podemos criticar a la mecánica? Una «pizca» de potencia para las recuperaciones a altas velocidades y el faltante de la sexta marcha para mejorar los consumos. En ciudad gastó poco más de nueve litros cada 100km y en ruta, en la misma distancia, estuvo por debajo de los ocho litros.

Esta generación del Focus mantiene la suspensión trasera multibrazo que la da unos beneficios claros con respecto al eje rígido que equipan algunos de sus competidores. De esta manera, cada rueda es independiente a las imperfecciones del trazado y hace más fácil el manejo en curvas. También se ha ganado en confortabilidad porque se han calibrado las suspensiones un poco más blandas que su antecesor para mejorar su desempeño en ciudad.

Su comportamiento dinámico es bueno. En el tránsito citadino se beneficia por la excelente dirección asistida que es liviana y permite cualquier tipo de maniobras. En ruta, a unos 130 km/h, el motor trabaja a casi 3500 revoluciones por minuto. La insonorización es buena y el ruido del impulsor casi no se escucha.

Desde la versión más económica, el Focus dispone de doble airbag frontal, frenos ABS, cinco apoyacabezas, cinco cinturones de seguridad inerciales, alarma de olvido de cinturón de seguridad, ganchos Isofix y encendido automático de luces. Este producto es el primer modelo de fabricación nacional en obtener las cinco estrellas para la protección de adultos en LatinNCAP. –ver ficha técnica

Llamatimavente, la versión S sólo cuenta con frenos a tambor. Sabiendo que en otros mercados del MERCOSUR se comercializa con una configuración de disco en las cuatro ruedas, me pregunto… ¿Por qué salen con diferentes atributos si todos se fabrican en Pacheco? Lamentablemente, la respuesta no la puedo dar. Tampoco tiene control de estabilidad.

Las buenas sensaciones vienen de la mano de la motorización que es acorde para un modelo entrada de gama, el confort dinámico en ciudad y en ruta y el equipamiento tecnológico. Por supuesto, también hay cosas para mejorar. En cuestiones de seguridad quedó algo expuesto, teniendo en cuenta el nivel que viene ofreciendo Ford en sus vehículos, y la calidad de las terminaciones y de algunos materiales pueden progresar.

En conclusión, el Ford Focus Sedán S es un producto atractivo teniendo en cuenta su valor en el mercado. Sabiendo que el Fiesta KD Sedán SE Plus -gama media- sale unos $216.400- y esta variante del Focus se cotiza en unos $219.000-, no hay motivo para elegir el más pequeño salvo por cuestiones de tamaño o de estética. Las prestaciones de confort y dinámica que ofrece un modelo de este segmento son siempre mayor a los que puede brindar un vehículo de un segmento menor.