Saab 9-7X 2006

¿Cómo pasar de ser una fábrica de autos independiente que produce autos según sus propios y particulares gustos, a ser un miembro adicional en la estructura de la automotriz más importante del mundo, y todo ello sin perder esa valiosa identidad original

Sin categoría | conduciendo | 16/01/2007 | Compartir

Si bien han transcurrido varios años desde la virtual "explosión" en las ventas de camionetas todoterreno y casi todas las marcas alrededor del mundo ya tienen la suya, solo recientemente Saab se decidió a lanzar la propia.

Esta marca, originariamente sueca y actualmente perteneciente al grupo americano GM, adquirió prestigio y notoriedad mundial principalmente a partir de los años 80, gracias a sus éxitos en el rally mundial y a la alta calidad y seguridad de sus vehículos. Por lo general estos eran algo raros a los ojos del comprador norteamericano: su configuración espacial era usualmente tipo hatchback y ofrecían transmisión integral permanente (una rareza para la época).

Sin embargo, el nuevo y moderno 9-7X no es, como lo fueron sus predecesores, un vehículo que se diferencie tan drásticamente de sus competidores en el mercado. Y esto sería muy difícil de lograr puesto que estamos hablando de un SUV creado sobre una ya existente y conocida plataforma de GM, la GMT 360, a partir de la cual están construídos otros todoterreno como el Blazer y el Jimmy. Sobre la misma se efectuaron varios ajustes para adecuarla a los requerimientos de vehículo más lujoso pero con espíritu más rutero que es este Saab. Así, sus suspensiones se endurecieron y se hicieron también numerosos retoques estéticos a la carrocería, intentando -eficazmente- disimular su origen GM.

El estilo general de este Saab esta bastante bien logrado, sobre todo en el sector trasero, donde el 9-7X logra expresar un aire de familiaridad con las versiones rurales de los modelos 9-3 y 9-5, a partir de una forma redondeada del parante D, en el que se ubicaron los grupos ópticos. A su vez, contribuye a este mismo efecto la forma de la tercer ventana lateral, que se va haciendo más fina hacia la cola del vehículo. La trompa también es incofundiblemente Saab y cuenta con unos potentes antinieblas en la parte baja.

El impulsor del 9-7X puede ser un V8 de 5.3 Lts y 300 HP o un V6 de 4.2 Lts. y 291 HP. Ámbos motores vienen acompañados de una caja automática de 4 velocidades y tracción integral permanente.

En el interior del 9-7X también se trabajó con gran eficacia para lograr una identidad Saab, dada por un estilo difícil de describir pero indudablemente muy chic y europeo. Los numerosos apliques de madera junto con el tapizado de cuero y la iluminación general, que se aprecia sobre todo de noche, generan en el interior un espacio elegante y lujoso.

El equipamiento es de primera línea y se destacan en él el sistema OnStar que, a través de una pantalla que también se puede utilizar como monitor para DVD, permite acceder a funciones de telefonía por manos libres, GPS, seguridad satelital y aviso automático de choque a una central de auxilio.

Saab ya no es una fábrica en un lejano país nórdico que se dedica a construir autos excéntricos. Pero si logra aprovechar la calidad y el respaldo de GM para crear verdaderos desarrollos y no para meramente disfrazar plataformas existentes, aun nos podrá deleitar y sorprender. El 9-7X es un prueba de ello.