Rolls-Royce Phantom Goldfinger: Reconocimiento a James Bond
La casa británica ha creado una obra maestra sobre ruedas inspirada en la icónica película de James Bond, Goldfinger. Un viaje al lujo y la exclusividad, donde el oro es el protagonista absoluto.
En el universo del lujo automovilístico, Rolls-Royce siempre ha sido sinónimo de exclusividad y artesanía. Con el Phantom Goldfinger, la marca británica le rinde homenaje a una de las películas más icónicas de la saga James Bond que lleva justamente ese nombre.
Revelado en el año del 60 aniversario del film, el Phantom se inspira en el Phantom III Sedanca de Ville de 1937, el vehículo que el villano Auric Goldfinger conducía en la cinta.
Este ejemplar no es simplemente una réplica, sino una reinterpretación moderna que captura la esencia del original y lo acomoda a los tiempos que corren.
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El oro es el protagonista indiscutible de este Phantom. Desde el exterior, la pintura amarilla, cuidadosamente seleccionada para emular el tono del modelo original, se combina con un elegante acabado negro que envuelve la carrocería.
El Spirit of Ecstasy, símbolo emblemático de Rolls-Royce, ha sido rediseñado con un toque dorado, y debajo de su capa plateada se esconde oro macizo, en referencia a la trama de la película.
Ya en el habitáculo, el Goldfinger el lujo se eleva a nuevas alturas. La consola central alberga una bóveda oculta que contiene una barra de oro macizo de 18 quilates, con la forma de un Phantom en miniatura.
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Los acabados dorados se encuentran en todas partes: en las salidas de aire, los altavoces, los estribos y hasta en la placa del número de chasis.
Incluso la guantera, revestida en oro, lleva grabada la icónica frase de Goldfinger: «Esto es oro, señor Bond. Toda mi vida he estado enamorado de su color, su brillo, su divina pesadez».
Su creación ha requerido tres años de desarrollo. Cada elemento ha sido cuidadosamente diseñado y fabricado para garantizar que el Phantom Goldfinger sea una obra maestra atemporal.
