Renault Embleme: El futuro eléctrico con un toque de hidrógeno
La casa del rombo presentará en el Salón del Automóvil de París un audaz concept car, el Embleme. Este shooting brake combina un diseño vanguardista con una autonomía de hasta 1.000 km.
El Renault Embleme marca un nuevo hito en la estrategia de electrificación de la marca francesa. Claro que los vehículos eléctricos puros están ganando terreno a pasos agigantados.
Sin embargo, el rombo explora aún las posibilidades del hidrógeno como complemento ideal para ampliar la autonomía y reducir la ansiedad por la carga.
El Embleme presenta un diseño exterior que rompe con los estándares establecidos en la marca. Líneas afiladas y deportivas se combinan con superficies suaves y elegantes, para crear un conjunto visualmente impactante.
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La parrilla frontal, completamente cerrada, y las ópticas estilizadas le confieren un aspecto aerodinámico y futurista.
En el interior, la sobriedad y la calidad de los materiales se unen para crear un ambiente acogedor y tecnológico.
La pantalla táctil central, de gran tamaño, controla todas las funciones y se integra a la perfección en el diseño del panel.
Bajo la carrocería del Embleme se esconde una mecánica híbrida de lo más interesante. Un motor eléctrico de 160 kW (218 CV) alimentado por una batería de 40 kWh se encarga de mover las ruedas en condiciones normales de conducción.
Para los trayectos más largos, entra en juego una pila de combustible de 30 kW, que junto a un depósito de hidrógeno de 2,8 kg, permite alcanzar una autonomía total de 1.000 km.
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Esta combinación de tecnologías permite al Embleme ofrecer lo mejor de dos mundos: la agilidad y el refinamiento de un vehículo eléctrico, junto con la autonomía y la rapidez de repostaje de un vehículo de hidrógeno.
Renault ha puesto un gran énfasis en reducir la huella de carbono del Embleme a lo largo de todo su ciclo de vida. Gracias a un exhaustivo trabajo de optimización aerodinámica y eficiencia energética, el fabricante francés afirma que el concept car emite un 90% menos de CO2 equivalente que los vehículos convencionales.
