Medusa, un Dodge Viper convertible
Más allá de la inclusión de una capota de lona y de algunos detalles estéticos mínimos, la propulsión sigue estando a cargo del motor V10 de 640 caballos de fuerza.
A pesar del bajo número de ventas y de los conflictos de fabricación que esta padeciendo la quinta generación del Viper, la preparadora estadounidense Prefix Performance presentó en el evento anual que reúne a los fanáticos de la cobra en Detroit a Medusa, nada más y nada menos que la variante descapotable del superdeportivo de Dodge.
Si bien esta preparación no ostenta grandes cambios con respecto al modelo original, lo más destacado son la inclusión de placas que denotan la edición limitada, la inscripción “Medusa” en los laterales del vehículo, las terminaciones al color de la carrocería, las alfombras especiales en el interior y, obviamente, la inclusión de una capota de lona que reemplaza al techo rígido.
Al menos en un principio, Prefix Performance está preparado para realizar sólo diez unidades especiales. El precio de esta adaptación es de 35.000 dólares; sin embrago, no hay que perder de vista de que a esta suma de dinero hay que añadirle el valor del Viper, el cual inicia en los $102,485. Asimismo, la compañía también ofrece un servicio de personalización exclusivo, en donde el cliente puede adaptar su ejemplar a sus gustos y cambiarle, por ejemplo, la tonalidad de la carrocería, o elegir diferentes terminaciones dentro del habitáculo o el diseño de las llantas.
Al margen de estas modificaciones, no hay detalles de que el rendimiento o las prestaciones se hayan alterado, por lo que todo indica que debajo del capó permanece el V10 de 8.4 litros que genera 640 caballos de fuerza y 814 Nm de par que está asociado a una transmisión manual de seis velocidades que le permite alcanzar las 205 mph y viajar de 0 a 60 mph en apenas 3,1 segundos.