Mazda CX-5, nuevo capítulo

NoticiasNovedades | Matias Muro | 18/07/2025 | Compartir

La tercera generación del Mazda CX-5 debuta con una reformulación integral que pone el foco en la conectividad, la eficiencia y la habitabilidad.

Tras varios años de continuidad con su plataforma previa, Mazda ha decidido ejecutar una transformación sustancial para el CX-5.

El diseño exterior, por su parte, representa una maduración del lenguaje visual de Mazda. La silueta general mantiene rasgos reconocibles del modelo anterior, pero introduce proporciones más generosas y una presencia más sólida.

Con una longitud total de 4.690 mm, el CX-5 gana en habitabilidad sin sacrificar agilidad urbana.

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El rediseño del frontal, con una grila más elevada y faros LED de nueva factura, contribuye a una imagen más robusta y coherente con el resto de la gama SUV de Mazda.

En la zaga, se han aggiornado las ópticas traseras. El conjunto estético se completa con una oferta de llantas que alcanza hasta las 19 pulgadas y una paleta de colores que refleja el cuidado por el detalle que caracteriza a la marca japonesa.

El interior ha sido otro de los puntos en los que Mazda ha puesto especial énfasis. Inspirado en el concepto japonés “Ma”, que prioriza el equilibrio entre forma y funcionalidad, el habitáculo del CX-5 destaca por su orden, ergonomía y amplitud visual.

La pantalla central, que puede alcanzar las 15,6 pulgadas en versiones superiores, se convierte en el centro neurálgico de la experiencia digital.

En paralelo, ofrece elementos como la iluminación ambiental configurable, los asientos con múltiples opciones de tapizado y los detalles en madera o metal satinados.

Desde el punto de vista mecánico, la gran novedad reside en el flamante propulsor atmosférico de 2,5 litros con tecnología e-Skyactiv G.

Este motor, que desarrolla 141 caballos, representa una evolución del anterior bloque 2.0.

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El sistema Mazda M Hybrid de 24 voltios, incluido de serie en todas las versiones, contribuye a mejorar la eficiencia mediante recuperación de energía en frenadas y asistencia eléctrica en fases de aceleración.

 Esta tecnología, aunque eficaz en contextos urbanos, no llega al nivel de eficiencia de un híbrido completo, y por tanto puede considerarse un paso intermedio dentro de la estrategia de electrificación de la marca.

A su vez, refleja un consumo homologado en ciclo WLTP, situado en torno a los 7,3 litros cada 100 kilómetros.

Uno de los aspectos que más ha evolucionado en esta nueva generación del CX-5 es la transmisión. Mazda ha trabajado sobre su caja automática de seis velocidades.