Kia Soul 2017, prueba de manejo

Pruebas | Fernando Guido | 03/08/2017 | Compartir

Sin grandes cambios pero manteniendo muchas virtudes, el Soul demuestra que su largo tiempo en el mercado logró conquistar no sólo a los jóvenes sobre todo por su gran versatilidad.

Desde su salida al mercado en 2009 tuve la oportunidad de probar el Kia Soul en varias oportunidades y diferentes versiones. Al principio fue un vehículo adelantado, porque tenía características distintas al resto. No era un utilitario pero tampoco un hatchback normal. Del mismo modo uno no sabía cómo encasillarlo y se encontraba desconcertado hasta por su propio gusto.

Debo decir que, años después, el Kia Soul se consolidó y hasta arrastró a la competencia a elaborar vehículos con similares características, dando un aire fresco a un segmento que parecía no era posible que fuera cool, pero que finalmente lo han conseguido.

Debo reconocer que no quedé fascinado con este auto hasta que probé la versión enchufable, que es fantástica. También haya que aceptar que en estos ocho años el vehículo casi no ha sufrido mejoras significativas, más que unos remozamientos en el interior y cambios menores por fuera. Creemos que ya debe pegar el salto a una nueva generación.

Más allá del preludio, el Kía Solul sigue siendo un auto asequible, pero no por eso con pocas virtudes. Es silencioso, gasta poco combustible y, a mi gusto, muy versátil y ágil.

Originalmente el Soul estaba dirigido al mercado juvenil, pero luego logró convencer a conductores de todas las edades debido a su practicidad integral. Su estilo no convencional crea una enorme cantidad de espacio interior, incluyendo suficiente espacio de carga detrás de la enorme para transportar el equipaje. Los pasajeros de los asientos delanteros y traseros no tendrán motivos para quejarse, y los asientos de cuero -opcionales- y su acabado le dan al diseño un aspecto de alto nivel.

Probablemente la mejora más relevante ha sido la introducción del motor turbo de baja cilindrada (1,6 litros) con unos 160 caballos de fuerza. El nuevo motor logra su propósito, haciendo que el Soul sea más divertido de manejar y al mismo tiempo ofrece un mejor consumo que el motor opcional de 2.0 litros.

Al igual que muchos otros motores pequeños con turbocompresor, el motor de inyección directa debe manejarse cuidadosamente para obtener el mejor rendimiento. Incluso cuando se combina con una transmisión automática de doble embrague de siete velocidades, es un poco apagado modo de manejo normal, pero mejora sus reacciones con el modo Sport. Para sacar lo mejor de él es necesario encontrar la medida justa de aceleración para evitar que el auto se desinfle y le cueste acelerar.

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El Soul es tan alto como muchos SUV, mejorando la visibilidad para el conductor, pero no por ello se transforma en un vehículo recreacional todo terreno porque no está disponible con tracción en las cuatro ruedas, lo que puede llamar la atención en base a su aspecto.

De todas formas no esperes que este Kia sea un deportivo, sino que sólo se le ha añadido un poco de pimienta a una auto claramente urbano, para ser más divertido, pero no para comerse a la carretera, aunque en ella se desenvuelva suave y sin dificultades para viajes.

Dado el éxito de este modelo, seguramente entre 2019 y 2020 tendremos a su verdadero reemplazante generacional que estará dotado de un mayor modernismo aunque, seguramente, será menos rupturista que lo que ha sido este modelo en sus comienzos. Y, a pesar del tiempo transcurrido, demuestra que sigue siendo un vehículo de avanzada dado que a la fecha no ha quedado aún desactualizado y sigue siendo un auto interesante para el uso diario.