Ford Mustang GT Convertible Premium

Convence a la hora de acelerar por su gran potencia y crece su atractivo y calidad, aunque su consumo sigue siendo elevado.

Pruebas | conduciendo | 21/01/2010 | Compartir

El Mustang GT es la opción especial para aquellos que quieren potencia –más que la versión V6- sin llegar a las prestaciones radicales del GT500. A un precio intermedio entre estos dos últimos (unos $37.000 en Estados Unidos) podremos acceder a un convertible con estilo, mucha potencia y mayor confort del esperado.

En esta versión el aluminio se hace notar en el habitáculo ya sea en los pedales, el panel frontal o la palanca de cambios. Ese estilo deportivo es acompañado por unas butacas en cuero de interesante diseño. Obviamente que el toque retro acompaña absolutamente todo el interior y exterior, y muy bien logrado, aún con materiales de calidad.

El techo de lona no hace lucir del todo a la versión Premium, la que se verá más interesante siempre descapotado, pues nació para vivir sin techo, donde resaltarán sus llantas de 17 o más pulgadas (opcional) y todo el encanto de la versión que, con su potencia añadida, hace vivir dentro de él el mejor estilo de vida americano.

Obviamente que ese estilo consiste en mucha potencia con un gran motor y, justamente, ese es su mayor encanto. Su V8 de 4,6 litros deja atrás al V6 por nada menos que 105 caballos, totalizando unos nada desechables 315. Con ellos aseguro que se puede viajar muy rápidamente, sintiendo las revoluciones del motor subir -claro que comparado con los 540 hp del GT500 siempre parecerá poco atractivo, pero créannos que la potencia alcanza y sobra para la vida cotidiana-.

A pesar de su aspecto de duro, su conducción es, contrariamente, suave y sencilla. Las marchas pasan suavemente en su corto recorrido (aunque debería ser más todavía) y la dirección asiste muy bien tanto un paseo placentero o un trayecto rápido. Este es uno de los puntos más elogiosos para el motor y su conjunto en este GT, pues se adapta fácilmente a distintos tipos de conducción. Su motor, a pesar de tener un bello sonido, no es tan rumoroso como en otros tiempos. Es potente pero no lo hace saber permanentemente, logrando que el confort sea superior.

Creemos que para explotar mejor su potencia sería bueno que Ford decidiera agregarle una marcha ya que el actual modelo es de cinco, ello también podrá redundar en un probable mejor consumo de combustible en un motor grande como este en trayectos de velocidad pareja, justamente cuando se trata de un modelo que no se caracteriza por ser de los más económicos a la hora de consumir (unas 17 millas por galón, equivalente a unos 7 km. por litro).

Si bien ponderamos que se ha privilegiado un confortable desplazamiento, ello contrasta con sus dotes deportivos y su derroche de combustible. Por un lado sus suspensiones son muy blandas y su perfil de neumático muy alto (235/50 en la unidad probada, aunque los haya más bajos opcionalmente) para combinarlo con la potencia del motor. Por otro lado, si fuéramos a utilizarlo en la ciudad y nos beneficiamos de su confort, nos perjudicaría su gasto, que puede reducirse hasta las 14 millas por galón (unos 5,8 litros) que es muy poco.

A pesar de ello el auto es estable y dobla bien, y al poseer una distribución de pesos pareja entre el tren trasero y el delantero resulta bastante equilibrado su funcionamiento. Es robusto y pesado lo que hace consumir muchos recursos del auto, potencia, frenos, etc. y el hecho de tratarse de un convertible no hace visible fallas sobre la rigidez del Mustang.

El equipo de sonido Shaker con 8 parlantes y MP3 es uno de los destacados del GT Premium y la garantía de auto que es de 3 años de carrocería y 5 de tren motor. Con sus pros y contras es innegable, el Mustang ya es un rodado de culto, más en su versión convertible y si se trata de la nueva edición Premium V8 como la probada, mucho mejor.