Editorial: El impuestazo es ley
Finalmente se aprobó en el Senado el proyecto que modifica las alícuotas de impuestos internos que gravan los vehículos de más de $170.000.
Después de llegar casi sin escalas hasta la Cámara de Senadores, había una esperanza -en varios sectores de la industria- de que el «impuestazo» sea revocado para que vuelva a Cámara de Diputados y tenga las modificaciones necesarias propuestas por la Asociación de Fábricas de Automotres (ADEFA) y por Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotores (CIDOA).
El dicho «la esperanza es lo último que se pierde» cabe a la perfección en este tema, porque, en la madrugada de hoy, en las sesiones extraordinarias solicitadas por el Poder Ejecutivo se aprobaron las modificaciones a la ley 24.674 con 39 votos positivos, 18 negativos y 5 abstenciones. Es decir, desde este momento se establecen alícuotas diferenciadas para los vehículos de más de $170.000 (libres de impuestos), que hasta el momento era del 10%. Cuando el valor supere esa cifra pasará a ser del 30% y a partir de los $210.000 alcanzará el 50%.
Esta medida cierra de la peor manera el excelente año del sector automotriz -que otra vez romperá el record de ventas- y deja una incógnita sin precedentes para el 2014. Dentro de esta incertidumbre hay varias preguntas a responder pero ninguna tiene una respuesta clara. ¿Quien pagará la suba indiscriminada de los valores de los vehículos? ¿Como afectará el «impuestazo» en la industria? ¿Habrá una brecha grande entre versiones del mismo modelo? Son interrogantes que nos hubiese gustado hacerles a los políticos que aceptaron la medida, aunque creemos que ninguno de ellos siquiera pensó estas consecuencias.
Las cuestiones políticas y financieras del país no deberían resolverse con medidas apuradas y sin ningún tipo de estudio. Diciéndolo de otra manera, un poco más cruda, esta modificación a ley parece ser la aceptación al dólar blue. Erróneamente denominado impuesto al lujo o la alta gama, esta medida llegará pronto a modelos del segmento C de marcas generalistas (ej: Ford Focus Titanium) que son los que usualmente busca una familia tipo de clase media. Entonces… ¿De que lujo o alta gama estamos hablando?
Para poner un pequeño ejemplo del terrible impacto y las consecuencias negativas para los consumidores, distribuidores y concesionarios, un vehículo que hasta ayer se comercializaba a unos 60.000 dólares ahora alcanzará los 100.000 dólares. Esta claro que este incremento pronunciado hará que el cliente no haga la operación, que la automotriz baje la producción o la importación y que los concesionarios vendan menos de lo pensado.
Todas estas líneas están referidas a proyecciones que Conduciendo.com piensa que podrán pasar en 2014. En definitiva, la realidad de lo que pasará en la industria automotriz se verá en los próximos meses, pero está claro que no será un año como los anteriores si no hay algún tipo de modificación al «impuestazo».