Descapotables, una raza en peligro de extinción
El gran crecimiento que tuvo la demanda de los SUV y crossover está marcado como uno de los más grandes responsables del inesperado y reducido número de ventas de los convertibles.
Hace unas semanas atrás, al leer que desde Ferrari anunciaban que la exclusiva F60 América no contaba con una carrocería de techo rígido fijo porque a los norteamericanos les gustan los descapotables, pensamos, ¿a quién no le agrada viajar a cielo abierto, disfrutando del sol y sintiendo que el viento te roza la piel? Bueno, según el estudio realizado por Autofacts, a muchos parece que no les agrada esto.
Teniendo en cuenta los números revelados, en 2007 la demanda de convertibles en regiones claves como Europa y Estados Unidos alcanzó las 827.000 unidades; mientras que al acercarnos a 2013, la cifra se redujo considerablemente y sólo llegó a tocar las 444.000. Este segmento supo agrupar el 5,4 por ciento de las ventas de automóviles en el primer semestre de 2007; sin embargo, en 2014 apenas abarcó el 3.3 por ciento durante el mismo período según indicó AID.
Estos grandísimos descensos en las ventas acarrean diferentes y variadas consecuencias, todas contraproducentes para la y las industrias. Por un lado, al notar la poca demanda de esta clase de vehículos, las firmas cada vez van a ofrecer menos ejemplares con esta característica, dado que no tiene sentido afrontar gastos que luego no se van a convertir en ganancia.
Por el otro, y al margen de las automotrices, quienes padecen de manera más directa está crisis son las autopartistas encargadas de la fabricación de estos techos, ya sean rígidos o de lona. De hecho, ya se han cerrado diversas fábricas y, si la caída libre continúa, va a ser muy difícil que el personal de las empresas proveedoras se mantenga o no sufra despidos.
El elevado costo de los descapotables, la dependencia del estado del clima para aprovechar al cien por ciento de las cualidades del vehículo y el longevo atractivo de los diseños que hace que no se tenga que renovar el modelo año tras año, son sin dudas algunos de los motivos por los cuales esta clase de automóviles nunca concentró un gran número de compradores; sin embargo, los dedos índices apuntan y señalan como máximo responsable hacia una misma dirección, la aparición de los SUV y crossovers.
El auge que vive este joven rubro de vehículos y el constante aumento de opciones está marcado como el mayor culpable de la decadencia de los roadsters. Los precios más asequibles, la posibilidad de llevar a mayor cantidad de pasajeros y de manera más confortable; la posibilidad de aunar en un mismo envase rasgos deportivos con una estructura de mayor presencia en la carretera y tracciones 4×4; y la disponibilidad de grandes techos panorámicos acristalados, hace que los clientes de esta época se inclinen más hacia estos ejemplares que a los descapotables.
No está muerto quien pelea, pero todo indica que esta guerra ya está perdida.