Bugatti rompe esquemas con el Brouillard

NoticiasNovedades | Matias Muro | 12/08/2025 | Compartir

La firma francesa inaugura un programa de personalización radical que combina arte, herencia y tecnología hiperdeportiva con este Bugatti Brouillard.

La presentación del Programme Solitaire marca un punto de inflexión para Bugatti. Se trata de una estrategia que ha elegido para personalizar aún más a cada uno de sus vehículos, como es el caso del Brouillard.

En este caso, la elección del nombre es profundamente personal: lleva la denominación del caballo más querido de Ettore Bugatti, símbolo de inteligencia, fuerza y fidelidad.

El color de la carrocería no es un simple capricho estético. El blanco perlado con motas grises reproduce el patrón del pelaje del caballo original, y la forma de los pasos de rueda recuerda a la tensión de los músculos en plena carrera.

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Bugatti ha buscado que la relación entre forma y significado sea total, de modo que el vehículo “cuente” visualmente la historia que lo inspira.

Por otro lado, el corazón mecánico del Bugatti Brouillard es el W16 quad-turbo de 1.600 CV, una unidad que ha llegado a su máxima expresión después de casi dos décadas de evolución. Este motor, conocido por impulsar al Veyron y al Chiron, se despide en este modelo con una puesta a punto única.

No es solo cuestión de potencia. Los ingenieros han recalibrado la respuesta para que la entrega de fuerza sea lineal, casi como si imitara la progresión de un caballo acelerando al galope.

A su vez, el alerón trasero fijo y el difusor se han diseñado como parte integral del conjunto aerodinámico, con una premisa clara: maximizar el rendimiento sin romper la pureza estética del diseño.

Aunque Bugatti ya ofrecía el servicio Sur Mesure, el Programme Solitaire lleva la idea de personalización a un territorio distinto. No es “configurar” un modelo, sino crear uno que no existía.

En la práctica, el Brouillard no comparte componentes estéticos con ningún otro modelo de la marca, y su construcción ha requerido el uso de moldes exclusivos para paneles, técnicas inéditas de teñido de fibra de carbono y bordados realizados por especialistas textiles externos al mundo del automóvil.

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El interior del Brouillard no es un catálogo de materiales de lujo, sino un guion narrativo. La fibra de carbono teñida en verde hace referencia a los primeros experimentos cromáticos de la marca, mientras que el aluminio mecanizado retoma los patrones geométricos del mobiliario de Carlo Bugatti.

Los asientos, tapizados en cuero de curtido tradicional y telas tartán diseñadas, incorporan en sus costuras patrones que evocan mantas ecuestres.

El techo panorámico de cristal ofrece una visión directa de la estructura central del chasis, que Bugatti describe como “la columna vertebral de un organismo vivo”.

Por último, el propietario del Brouillard es un apasionado de la saga Bugatti en todas sus vertientes: posee automóviles históricos, modelos contemporáneos, piezas de mobiliario diseñadas por Carlo Bugatti y esculturas de animales de Rembrandt Bugatti.