Buenos Aires es el lugar más caro para estacionar

Según un estudio, la capital argentina es la ciudad donde dejar el auto en un garaje por hora cuesta
más que en ninguna otra de América latina.

Interés General | conduciendo | 06/09/2016 | Compartir

Los aumentos aplicados en la Ciudad de buenos Aires han canibalizado el bolsillo de los depredado en los últimos meses.

Entre los tarifazos que mostraron el transporte, los combustibles y los servicios, hay que sumar el del estacionamiento.

Según un relevamiento realizado por Autofoco.com,

En barrios como Recoleta, Palermo o el microcentro la hora en un estacionamiento privado llega a los 50 pesos y entre 2.000 y 2.800 por mes.

En tanto, en Liniers o Constitución los alquileres mensuaes de cocheras bajan hasta los 800 pesos por mes, por lo que muchas personas que viven en el conurbano prefieren rentar un espacio en esas zonas, para luego viajar en colectivo o subte hasta su lugar de trabajo.

Los altos valores ubican a Buenos Aires como la capital más cara de América latina por encima de ciudades como México DF e incluso más costosa que algunas ciudades de Europa como Madrid y Barcelona.

Según un informe internacional, los precios de estacionamiento privado en Buenos Aires superan al resto de ciudades latinoamericanas. Mientras que en la ciudad porteña el alquiler mensual llega a los 218 dólares en otras ciudades como Río de Janeiro el costo es de 211 dólares, Lima es de 190 dólares, o Santiago de Chile, 160 dólares.

Un estudio realizado por una consultora internacional indica que el precio por hora de las cocheras porteñas aumentó un 170 % entre 2010 y 2014. Un incremento que se repitió durante 2015 y este 2016.

Para la Cámara de Garajes y Estacionamientos (CAGESRA), el aumento de los precios se debe en buena medida al incremento de costos como el agua, los salarios (27 %) o el valor de los seguros (+20%).

Eduardo Sánchez, presidente de CAGESRA, señala que en los últimos tiempos muchos negocios de estacionamiento se han visto obligados a cerrar al no poder asumir las subidas de costes como el agua.

Según Sánchez, entre 1998 y 2014 se han cerrado 1.250 garajes y son pocos los nuevos abiertos. Esto complica la situación si tenemos en cuenta que, según la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), el número de vehículos en circulación en Argentina en los últimos diez años ha crecido un 75 %.

COSTOS DEMASIADO ALTOS

El servicio de agua es el que más problemas está creando al sector de los estacionamientos privados tal y como denuncia Sánchez. El problema tiene que ver con la categorización de “no residenciales” que recibe este tipo de establecimientos.

Además, el cálculo de la factura no se emite a través de medidores, sino teniendo en cuenta la ubicación y los metros cuadrados con los que cuenta el establecimiento. Todo eso hace que las boletas de agua de los garajes se hayan disparado hasta el punto de llegar a pagar facturas más altas que un lavadero de coches, lo que pone en riesgo la viabilidad de alguno de estos negocios.

Un estacionamiento consume por norma general poca agua, a excepción de la presencia de uno o dos baños, explica Sánchez. Como ejemplo de los nuevos costos, hay establecimientos que han pasado de pagar unos 2.000 pesos, a pagar 7.500 en la factura del agua.

Para corregir el problema, el sector viene solicitando que se cambie la categoría asignada para tener tarifa residencial así como contar con un medidor para conocer el consumo real de los establecimientos.

Por otro lado, desde hace algunos años para los inversores o personas que buscaban abrir un nuevo negocio, un estacionamiento no era una idea en absoluto descabellada si tenemos en cuenta que en los últimos diez años el número de estacionamientos disponibles ha disminuido en un 33%, mientras el parque automotor ha crecido en un 75 %, (según Ages y Acara, respectivamente).

La demanda por tanto de estacionamientos, especialmente en zonas concurridas de Buenos Aires como puede ser el microcentro y, cada vez más, Belgrano, Barrio Norte y Palermo, hace que este haya sido un buen negocio.

Mientras tanto, el parque automotor en la Ciudad Autónoma sigue creciendo y estacionar en la vía pública es una odisea. Las calles están colapsadas y las calles restringidas no están bien informadas, por lo que se corre el riesgo de que el vehículo sea acarreado a una playa de infractores, servicio que también aumentó junto con la multa.

Todas estas medidas desalientan el uso del vehículo y generan un problema para aquellos que lo necesitan para ir a trabajar. Este, es un tema al que el Gobierno porteño debería prestarle atención y solucionar en un tiempo razonable.