Audi A4 2.0 Turbo

Por fuera, adopta la nueva imagen de la marca y por dentro adquiere la estética y la funcionalidad de los vehículos de alta gama.

Pruebas | conduciendo | 03/07/2009 | Compartir

Se trata de un vehículo que ha crecido en todas sus facetas. Es más grande y confortable que su predecesor y cambia, principalmente, su parte posterior y su frontal adopta la nueva imagen de la firma.

Su interior es uno de los aspectos que recibe mayores cambios, aunque estos no son novedosos ya que adquiere la estética y funcionalidad que adoptara los sedanes más grandes la marca como el A6 y, anteriormente, el A8.

Ahora es más elegante y creemos que con su nueva consola central sube varios escalones en cuanto a categoría. Los materiales utilizados no reciben reproches y son de muy buena factura.

Su puesto de conductor es ahora más parecido al de un copckit, pero con mayor confort que el de su antecesor. En la versión probada, el pedal del acelerador descubre los 211 caballos de potencia al instante que se lo acelera. Pasadas las primeras 2000 revoluciones por minuto, es cuando el turbocompresor del motor 2.0 se hace sentir y deja expresar al máximo toda su fortaleza.

Siempre hemos recomendado estas versiones turbo de la marca alemana porque son silenciosas y divertidas de manejar. Aceleran rápidamente como un deportivo y no gastan demasiado combustible y, a nuestro entender, hacen que no valga la pena pagar más para adquirir otras versiones más potentes, como la 3.2 litros de 265 hp de motor aspirado, al menos para utilizar todos los días.

Fiel a su estilo, la marca alemana no deja vencer sus productos, sino que se adelanta a los hechos.