Test: RAM 1500 V8 5.7
La combinación de confort de marcha, habitabilidad y prestaciones hace que la pick-up sea uno de los modelos más destacados para realizar viajes. Lógicamente, el consumo es elevado.
Confort (para recorrer más de 3000 kilómetros en una semana), habitabilidad (cinco adultos con espacio suficiente para viajar cómodos), capacidad de carga (amplio equipaje para actividades de invierno) y 4×4 (para caminos con nieve). Tenía que encontrar un vehículo que reuna todas estas condiciones para llegar a Las Leñas (Mendoza) para pasar una «merecidas» vacaciones. Varias pick-ups del mercado cumplían con algunos de los requisitos, pero una sola completaba el cartón… la RAM.
Pedido a la marca y confirmación de préstamo de la RAM 1500 para emprender las vacaciones con amigos. El que escribe y sus cuatro acompañantes se juntaron el domingo a la madrugada para iniciar los más de 1200 kilómetros que separaban a Buenos Aires con el destino final. Dos bolsos por cada persona, más tabla de snowboard, comida y agua; todo a la caja (que tiene una capacidad de carga 554 kg) envuelto por si nos agarraba lluvia en algún tramo del camino. La caja mide: 1,72 metros de largo, por 1,3 de ancho y 50 centímetros de alto. Algunas pequeñas cosas que quedaron sueltas y las ubicamos en los guardaobjetos ocultos que hay en las plazas traseras.
Todos a bordo y vacaciones en marcha. Tanta es la habitabilidad de la RAM 1500 que ninguno de todos los pasajeros se quejó en todo el viaje. El único que puede tener algo de cierta incomodidad es el que viaja en la posición central de las plazas traseras, pero gracias al amplio espacio que hay para ubicar las piernas, es posible que se esté más a gusto que en cualquiera de las otras pick-ups del mercado. Tanto el conductor como el acompañante tienen espacio de sobra. Más de uno en forma irónica dijo: «tengo más lugar acá que en el living de mi departamento».
Para subirse hay que hacer un esfuerzo. Es de gran ayuda el agarre de la columna A para poder «escalar» hasta la butaca del conductor. La posición de manejo es perfecta. Es perfecta porque todo se puede acomodar a gusto. Las butacas delanteras tienen ajustes eléctricos, el volante se regula en altura y la pedalera también se puede acercar. En el medio de los dos ocupantes delanteros está la guantera refrigerada (bastante útil en viajes largos). Además, las cinco plazas son calefaccionadas, incluyendo a los asientos y al volante, excelente para los grados bajo cero que hubo algunos días en Las Leñas. –ver ficha técnica–
La consola central tiene una enorme pantalla táctil de 8,4 pulgadas con sistema multimedia Uconnect, nueve parlantes, subwoofer, lector de tarjeta SD y puertos Aux/USB. Ahí se puede ver la cámara de retroceso que es de mucha ayuda para estacionar un vehículo de este porte. Lo llamativo es que semejante equipamiento no tenga el GPS integrado, que sólo esta disponible en la versión 2500 turbodiesel. Otro sistema importante para el viaje fue el enchufe (110V) que esta ubicado en la consola.
En cuanto a la seguridad, incorpora seis airbags, control de estabilidad (ESP), monitoreo de presión de neumáticos, asistente sonoro para el estacionamiento, faros antiniebla delanteros y la ya mencionada cámara posterior visualizadora del retroceso. –ver ficha técnica–
Dentro de las «preocupaciones» del viaje estaba cuanto podía consumir el poderoso motor naftero V8 de 5.7 litros, 395 caballos de potencia y un torque de 556 Nm a 3950 revoluciones por minuto. Semejantes números hicieron que RAM piensa una forma de bajar el consumo y, es por eso, que dispone del sistema MDS (Multi-Displacement System), que desconecta cuatro de los ocho cilindros al funcionar en condiciones de baja exigencia.
Una vez fuera de las zonas urbanas, puse el control crucero a 115 km/h y, gracias a la despoblada ruta, lo único que tuve que hacer es preocuparme a la hora de sobrepasar a un camión. Esa velocidad fue pensada (un uso habitual en ruta) para ver cuanto consumía en los primeros 500 kilómetros del recorrido. Llegamos a la estación de servicio y (sacando cuentas) promediamos unos 18 litros cada 100 km. Puede ser un número alto si se tienen en cuenta las pick-ups diesel que hay en el mercado, pero ninguna de sus «competidoras» brinda el confort y la habitabilidad de la RAM. Con el tanque de combustible de 98 litros, tiene una autonomía de alrededor de 550 kilómetros. En ciudad está comodamente por encima de los 20 litros en la misma distancia.
La mecánica se completa con la transmisión automática de seis marchas, con modo secuencial y selector de rango de marchas (permite seleccionar un cambio e impedir el paso de marchas). A su vez, cuenta con tracción integral desconectable y cuatro modos de conducción: 2WD (tracción trasera), 4WD Automática, 4WD Lock (doble tracción de manera permanente) y 4WD Low (caja reductora).
Tanta reacción tiene el V8 que cuando tenía un poco de transito en ruta, sólo tenía que pisar a fondo en acelerador para que baje unos cambios, ruja el motor y pase a todos los vehículos que se había encolumnados por detras de algún camíon. A la hora de frenar también lo hace correctamente porque disponde de frenos a disco y ABS en las cuatro ruedas, con el modo Ready Alert, que detecta la necesidad de una frenada de emergencia..
Para ser sincero, mucho en el transito citadino con la RAM no anduve. Un día me bastó para entender que esta pick-up no es para andar por la avenidas porteñas. Todo queda chico. Los carrilles parecen no alcanzar, los autos son tan minúsculos que a veces dan ganas de pasarlos por encima y estacionar resulta imposible. Por eso la lleve a los caminos que más le gustan. Las rutas desiertas donde se puede andar tranquilamente y a la velocidad que uno disponga. También un poco de camino 4×4 donde no hay piedra que no pueda superar, aunque en barro o nieve hay que manejar con la punta de los dedos por el peso de la pick-up.
En los más de 1200 kilómetros que hicimos para llegar hasta Las Leñas comprobamos el gran confort de marcha. A decir verdad no me sorprendió porque las expectativas eran esas, pero sabiendo la dureza de la generación anterior, podía entrar algo de duda. Con sólo un tercio del camino ya sentí que algo había cambiado. Esa modificación surge de que ahora la suspensión cuenta con resortes helicoidales y amortiguadores de doble tubo y dejó de lado los elásticos y ballestas. Además el eje delantero es independiente y el trasero rígido.
La conclusión es que la RAM 1500 esta dispuesta a ocupar el lugar que fueron cediendo los SUV Premium por el impuesto al lujo. El confort de marcha es similar a cualquiera de estos modelos. A pesar del buen andar de la Amarok, o de la potencia de la Ranger, o de las suspensiones blandas de la Chevrolet S10, la RAM está por encima de cualquiera de ellas.
Un modelo que esta pensado para lo que finalmente la pedí. Viajes en ruta con alto confort, un poco de off-road, arrastre de carga, habitabilidad única y diferenciarse del resto. Eso si, hay que tener en cuenta el elevado consumo con respecto a las otras pick-ups, pero creo el cliente de RAM no se preocupa por cuanto pueda gastar de combustible.
A cambio oficial de esta semana, la RAM 1500 está $500.000– y las versiones tope de gama de sus «competidoras» como la Ford Ranger está en unos $470.000-. Considero que los que se compran un vehículo de estas características piensan en darle el uso que le dimos en la prueba de Conduciendo.com. Ahora es el momento de elegir, vale la pena darse el gusto y destacarse por sobre el resto de las pick-ups. Mi opinión es que no hay modelo que pueda ser comparado con la exclusiva RAM 1500.