Test: Cadillac ATS
Lujoso, de corte deportivo y con mucho equipamiento, es la respuesta estadounidense a los tradicionales sedanes Premium a los que le apunta directo.
Lujoso, de corte deportivo y con mucho equipamiento, es la respuesta estadounidense a los tradicionales sedanes Premium a los que le apunta directo.
Las marcas de lujo alemanas por mucho tiempo parecieron estar cómodas y en soledad. A pesar de que Mercede Benz, BMW, Porsche y Audi mantienen altos niveles de venta, lo cierto es que productos japoneses como los de Infiniti, Acura o Lexus han achicado tanto la brecha en cuanto a la cualidades de diseño, calidad y técnicas de fabricación, que la oferta se ha puesto muy interesante para los que viven en Estados Unidos y disponen de más de treinta mil dólares para gastar.
Como si fuera poco, “la nueva GM” se está encargando de poner a tono de las mencionadas marcas a su insignia, la Cadillac. El ATS no solo representa un estandarte dentro de la relanzada industria norteamericana que pretende competir lo más duro posible con sus imponentes rivales, sino que hace las veces de luz que guía al resto de los modelos de la empresa.
El modelo ATS no es otra cosa que la apuesta -o también la tardía respuesta de Cadillac- para tratar de robarle un espacio a los afamados Serie 3 de BMW, clase C de MB, al Audi A4 o al renovado IS de Lexus. Si tenemos que anticiparnos podemos decir que GM hizo casi todo bien para acercarse a sus competidores.
Lo primero que notamos es que el ATS es un esfuerzo más por rejuvenecer una marca que parecía estar destinada a que sus modelos los compren solo abuelos. Este primer punto lo viene logrando no solo con el ATS sino con toda la nueva gama de modelos que viene sacando en los últimos años. Nos encontramos con un extraordinario diseño, elegante, deportivo y compacto, pero sin dejar de lado los rasgos típicos de la Cadillac.
El ahora más pequeño de la saga es casi idéntico a su hermano mayor, el CTS, pero, a mi gusto, más bonito puesto que le otorga mayor deportividad ser un tanto más corto. Al igual que en otros modelos, sigue siendo distintivo el frontal con luces verticales con leds que se insertan en el capó al igual que en su remate alto, características que ponen en evidencia que se trata de una Cadillac a simple golpe de vista. En su lateral se observan líneas puras pero deportivas. Las llantas de 18 pulgadas y el perfil de neumático de 35¨ hacen su parte para terminar de “vestir” al auto con atuendo sport y es el toque final de su aspecto agresivo.
Al querer ingresar en el auto lo primero que notamos si hay poca luz es que las manijas de las puertas se encuentran iluminadas casi en su totalidad, dando un muy interesante efecto visual que invitan a subir. Dentro de él nos encontramos con butacas angostas, bajas y alargables (algo de lo que siempre me gusta disponer), con buena sujeción y no solo con cierto aspecto deportivo, sino que se mantienen poco acoginadas al estilo típico alemán. La posición de manejo creo que debe ser uno de los puntos más altos del ATS, donde no solo encontré muy rápido mi forma más confortable, sino que además la postura adquirida me permitió manejar varias horas seguidas sin sentirme incómodo o cansado.
El espacio interior sufre los mismos avatares que sus competidores. Al tener la carrocería de un sedán tradicional las plazas traseras no son amplias y un adulto alto verá chocar las piernas contra los asientos delanteros. Respecto al maletero notamos que es de dimensiones normales para un uso de ciudad, pero si queremos cargar valijas ya no será del mayor confort, porque además tiene algunas secciones que invaden el interior del baúl. Lógicamente no es un modelo con muchos portaobjetos, pero sí posee uno oculto y con cierto espacio detrás de la pantalla, la que se quita y eleva apretando un botón dando lugar a una gaveta “secreta”.
Ya ingresando en el vehículo podemos notar enseguida que nos encontramos en un vehículo de los denominados “premium” al ser recibidos por unas bellas butacas de piel (en el modelo probado de color natural al igual que exterior) y una prominente y completa consola central. Lo que primero se destaca es la calidad general del habitáculo, mezclando cueros (en algunos casos símil), metales, maderas brillosas (allí sí un poco menos actuales y deportivas) y plásticos de buena calidad, insertándose todo a la perfección para dar un espacio cálido.
El interior no es de corte minimalista como lo vienen haciendo algunos competidores. Mantiene la pantalla en a la altura del volante (a mi gusto la mejor posición porque permite usar el táctil pero sin distraer demasiado la vista del camino) donde se destaca su gran nitidez y la amplia cantidad de funcionalidades que nos da su sistema denominado “CUE”. Si bien me ha gustado la estética general no me he sentido tan cómodo con los demás botones táctiles fuera de la pantalla como los de la temperatura, donde cuesta lograr adaptarse rápidamente a ellos. Esto podría ser actualizado debido a que, si bien remozado y actualizado, deja algunos vestigios de modelos más anticuados de GM.
Todos esos mandos se manejan por lo general con mucha agilidad desde el puesto de conductor, el que se encuentra pensado no solo con una interesante mezcla de confort y deportividad, sino para la seguridad. Desde su volante es posible manejar muchas funciones (aunque sus teclas no son tan confortables para el conductor por su posición) y el tablero también nos muestra la actividad de la radio u otra información. Pero esa seguridad se ve ampliada cuando distinguimos el útil sistema de refractación de la información en el parabrisas el que, una vez que el conductor se adaptó pasa a ser sumamente útil y funcional (recomendable su uso).
Dos puntos especialmente destacables en materia de seguridad: el vehículo avisa la necesidad de frenar cuando nos acercamos peligrosamente a otro auto a cierta velocidad y, en el caso del asistente para el estacionamiento o la marcha atrás, no solo nos avisa con la cámara y el sonido, sino que hace vibrar el asiento del conductor. Otros dos puntos favorables son el gran sonido del sistema de audio, envolvente y potente (marca Bose) y el buen funcionamiento del navegador.
Al ponernos a conducir lo primero que notamos es su dirección sumamente precisa. Esto, sumado a la buena posición de manejo, permite que el conductor solo piense en acelerar para poner a prueba al ATS. Es allí donde nos damos cuenta que el conjunto de motor, suspensiones, chasis, transmisión, dirección y posición de manejo ponen en nuestras manos el mayor avance de la marca en estos últimos tiempos. Es que este Cadilllac se comporta de manera deportiva y osada y, si bien no puede explicarse con palabras, son de esos modelos que nos dan ganas de conducir por un largo rato, pudiendo ingresar tranquilamente en nuestra lista de autos divertidos para manejar.
Es que la facilidad de uso sumado a sus 272 caballos de fuerza, con turbocompresor (2.0), nos dan una alta agilidad que se traduce rápidamente en sensaciones. En caminos con curvas es donde más notamos el buen trabajo de la dirección y del chasis que otorgan mucha estabilidad y seguridad al conductor mientras el paso del cambio se hace imperceptible, aunque nos deja disfrutar de las aceleraciones si lo manejamos manualmente.
Estimo que el ATS es un salto cualitativo excepcional para la marca, no solo porque intentar golpear de lleno a empresas soberbias, sino porque ofrece un producto sorprendente, capaz de ser un verdadero rival. Los puntos más flojos seguro que serán pulidos con su renovación de media generación.