Test: Citroën C5 1.6 Turbo

Si bien es raro encontrarse con un auto de alta gama con un motor tan pequeño, el modelo del doble chevrón cumple acabadamente y marca una tendencia mezcla de tecnología y de necesidades relacionadas al consume y las emisiones.

Sin categoría | conduciendo | 09/09/2013 | Compartir

No caben dudas que el C5 es un auto capaz de competir con muchos modelos de alta gama. Posee un tamaño importante (casi 4,8 metros), más que un Audi A4 y equivalente un Volkswagen Passat, un diseño moderno y grandes cualidades de tecnología y equipamiento.

Esa vanguardia que ostenta, y fiel al estilo de Citroën, también se trasladó al impulsor. Equipa un motor de tan solo 1598 cm3 que hasta ahora solo montan vehículos de la talla de un DS3. Si bien no se trata de cualquier motor pequeño, sorprende la capacidad de este para arrastrar alrededor de 1500 kg. que pesa el modelo. Se trata del ya conocido motor desarrollado en conjunto por el grupo PSA Peugeot-Citroën con BMW y que ya equipan modelos como el Mini Cooper, el Peugeot 3008 o algunos 307 entre otros.

En este caso el desafío paso por integrarlo a un vehículo de un nivel alto de exigencia por parte del consumidor sin quedar desmerecido frente a la competencia. Sin embargo, no sólo que el C5 con este motor se desempeña holgadamente, sino que se amiga con el medio ambiente y los consumos más acotados, consumiendo tan solo 10,5 litros cada 100 km en promedio en ciudad (y un poco menos de 6 litros en ruta a velocidad sostenida a unos 100 km/h), que puede representar un 10 a un 20% menos de la media aproximadamente e introduce a esta línea de vehículos en un nuevo espectro (hay excepciones como los motores 1,8 turbo de VW y Audi o la nueva línea BlueEfficiency que en ambos caso tienen más potencia que el Citroën superando los 180 CV).

Este impulsor eroga 156 caballos de fuerza y le sobran capacidades para desempeñarse en ciudad. Claramente que no tiene prestaciones deportivas fuera de la ciudad, pero no por eso quedará rezagado a la hora de salir a carretera. Acelera perfectamente y le sobran atributos para rebasar. Es decir, cumple las necesidades de aquellos que utilizan el auto como compañero de traslado diario y que eventualmente lo utilizan para las largas distancias.

Los 210 km/h de velocidad máxima demuestran que este motor puede desempeñarse sin inconvenientes a la hora de transitar caminos rápidos, pero la potencia estará un tanto ajustada para aquellos que busquen prestaciones más dinámicas como lo tienen autos de precios similares, claro, a un mayor consumo.

Por su lado, el confort de marcha es excepcional. No solo por la baja rumorosidad del motor y la insonorización general, sino por sus agradables butacas de múltiples regulaciones (hasta lumbar de la parte alta de la espalda) y, sobre todo, por la sofisticada regulación automática de las suspensiones (denominado por la marca Hydactives) que se adaptan automáticamente -o en forma manual si se desea- al camino y la velocidad en su altura, utilizado casi en exclusividad por la marca.

Sí debemos reprochar algunos aspectos como el sistema de sonido y la falta de pantalla multifunción o navegador. No olvidemos que los que se encuentren buscando un vehículo de estas características siempre lo estarán comparando con modelos de marcas de lujo por su precio, aunque sea la entrada de la gama de estos. También es reprochable el espacio para los ocupantes traseros que, si bien o es malo, debería ser superior por el tamaño del C5. Lo mismo sucede con el baúl, que alcanza los 439 dm3, pequeño para el segmento si lo comparamos con los 530 que tiene el Renault Fluence o los 510 dm3 del nuevo Vento, ambos más chicos.

El equipamiento (ver ficha) es muy amplio. Las llantas de 19 pulgadas o los leds delanteros representan lo más notable del exterior, pero los asientos con memorias y múltiples regulaciones eléctricas o su volante multifunción marcan la diferencia. En seguridad y pocos estarán a la altura de los siete airbags, y las ayudas dinámicas en temas de seguridad.

Excepto por lo mencionado, nadie podrá sentirse decepcionado por el C5 que cumple con elevado equipo de confort, belleza exterior e interior, buenos acabados y alta tecnología (como las suspensiones en lo que no encuentra rival), tanto que lo transforman en un automóvil de elevada categoría. Si a ello le sumamos su eficiente motor lo coloca en un lugar interesante para aquel exigente que pretenda mucho de su transporte.

Claro está que la duda que tendrá este comprador será la de desembolsar el mismo dinero (ver precios) por el cual se adquiere un modelo de marca de alta en su versión más económica. Allí solo quedará la valoración que cada usuario haga de la marca.