BMW 135i
Simpleza a bordo. Así se podría resumir a este modelo, pues no existen en el las estridencias ni las pretensiones de lujo.
Los primeros dos detalles que notamos a la hora de sentarnos al volante es que sus materiales son de buena calidad y que su equipamiento es realmente completo. Estas dos primeras impresionas resultan una combinación de cierta elegancia sobria con deportividad moderada.
A nuestro entender la consola central es tan simple que resulta poco agraciada, aunque sí funcional. No llama la atención y creemos que la apariencia de un vehículo de BMW debe ser más atractiva, lo que sí han mejorado en el rediseño interior del último serie 3 de la marca.
Su interior es exacto para dos pasajeros, complicándose el acceso a las plazas traseras y su confort. Se disfruta al conducirlo. Su motor es reconocible 100% BMW por su ronroneo y, por supuesto invita a su conducción en la que no defrauda.
El 135 es veloz y acelera parejo en todos sus regímenes como un deportivo de raza. Es particularmente interesante por su tamaño y máxima agilidad para carreteras pequeñas y con variadas curvas en donde su potencial y estabilidad se prestan al máximo. Allí la diversión que ofrece es total, sus 306 caballos de potencia lucen esplendorosamente en su carrocería pequeña.
También, cabe destacar los números excesivos de este chiquitín poderoso que alcanza una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora y una aceleración de 0 a 100 km./h en sólo 5,3 segundos.
La conclusión está a la vista cuando uno pone los pies en la tierra y se baja del BMW 135i. Definitivamente, está hecho para el disfrute de su conductor.