Aston Martin V8 Vantage Roadster
Con este deportivo Aston Martin plantea una reestructuración y espera ser el modelo más vendido de la historia.
Pequeño, sexy, potente, dócil, brutal, sofisticado, bello son algunas de las miles de palabras que pueden bañar al nuevo V8 Vantage.
Según los directivos de la empresa británica el nuevo modelo ingresa a un terreno de suma importancia: se espera que sea el más vendido de la historia de la marca. El precio competitivo y un diseño muy atrayente serán las cartas presentadas. No obstante competirá con modelos muy exitosos y tradicionales. Por el mismo precio del roadster de Aston Martin se puede conseguir un Porsche 911 Carrera S (325 hp), un potenciado BMW M6 (507 hp), o el primo Jaguar XKR de 400 hp. No hay que dejar afuera al experimentado Mercedes Benz SL 350 (272 hp) o al añejo Maserati Spyder (400 hp).
El motor es un block realizado en aluminio de 4300 centímetros cúbicos de origen Ford. Es similar al que monta el Range Rover Superchaged o la generación anterior de Jaguar XK, pero en este caso ha sido sometido a una dieta estricta y reducido el peso al tiempo que aumentado la potencia. Genera 385 hp a 7300 rpm, un régimen alto en relación a sus rivales. El par se sitúa en el orden de los 410 nm a 5000 rpm. Como todo V8 y con la tradición es la espalda, este motor conserva el cautivante sonido broco y emocionante. Las prestaciones son tan buenas como se esperaba con 280 km/h (175 millas) de velocidad máxima y 5 segundos para alcanzar los 100 (60 millas).
El V8 Vantage es la versión definitiva del Concept lanzado en 2003 bajo el nombre AMV8. La plataforma es nueva y será usada por los deportivos del grupo Ford en el futuro. Las medidas son similares a las de un Ford Focus, o un VW Golf de cuarta generación. El diseño exterior fue realizado por Henrik Fisker, y sigue los trazos ideados por el hoy diseñador de Jaguar, Ian Callum. La parrilla central delantera posee medidas casi desproporcionadas con respecto al auto. Las luces son muy similares a las usadas en el DB7 —modelo muy exitoso en los noventa—, haciendo la salvedad que ahora poseen faros de xenón. En la sección trasera las luces son tan voluminosas como agraciadas y recubren la tapa inferior del maletero. Pocas veces se ha visto un coche que posea tantos puntos visuales con un sentido de la estética tan avanzado.
El interior es equivalente al del DB9 (hermano mayor), con el tablero metálico y tacómetros modernos. Se ha dejado de lado el clasismo retro que utilizan otros fabricantes; Aston Martin es vanguardia en cada centímetro.
Las butacas con regulación eléctrica y función calor fueron preconcebidas para el alto rendimiento, por lo cual los pétalos laterales contienen la espalda. Como todo Aston Martin posee lo último en adelantos de confort y seguridad: cuatro bolsas de aire (el máximo en un descapotable de 2 plazas), climatizador automático y navegador satelital. Para finalizar, el control de estabilidad puede ser anestesiado, pero seguirá despierto ante una emergencia.
Pero no olvidemos que esta versión se diferencia por el techo. El roadster del V8 Vantage fue derivado directamente de la versión cerrada. Para esto se ajustaron los diseños laterales traseros (aumentaron las cotas laterales para mejor estabilidad) y se ha disminuido el maletero. El techo escamoteable es de lona y se pliega en pocos segundos. Los avances técnicos han permitido al equipo de Aston Martin crear una estructura muy firme a pesar de no poseer parante B en la sección trasera. Para ellos el chasis tiene refuerzos y el parabrisas un tratamiento que podría asemejarse a un blindaje. Los 280 km/h se los alcanza con el techo cerrado, sin percibir filtraciones de aire, ni ruidos aerodinámicos molestos.
Un Aston Martin muy Aston Martin siempre es bien recibido, y el pequeño Vantage será una revolución en la empresa londinense.