Nissan y una apuesta en los Estados Unidos
La llegada del primer híbrido enchufable de Nissan para Estados Unidos revela una decisión poco convencional: el flamante Rogue PHEV surge de una base desarrollada por Mitsubishi y abre una etapa de transición hacia la próxima generación electrificada.
El Rogue Plug-In Hybrid 2026 no nace de un desarrollo autónomo de la marca, sino del aprovechamiento de un producto ya consolidado dentro de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi.
La base elegida es el Outlander PHEV, un SUV que se posicionó durante años como referente de los híbridos enchufables de corte generalista.
Nissan adopta su mecánica, su arquitectura eléctrica y su configuración estructural, pero envuelve todo en una identidad visual propia.
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La alianza técnica detrás del nuevo Rogue
La colaboración entre Nissan y Mitsubishi no es nueva, pero rara vez había tenido un impacto tan visible en un vehículo destinado al mercado norteamericano.
En este caso, Nissan evita la inversión necesaria para crear un sistema PHEV propio. Opta por una solución que ya fue validada comercialmente y sometida a múltiples actualizaciones por parte de Mitsubishi.
Arquitectura PHEV: características técnicas del Rogue Plug-In Hybrid 2026
El tren motriz del Rogue replica de manera íntegra el sistema del Outlander PHEV. El conjunto combina un motor de combustión de 2.4 litros sin sobrealimentación con dos impulsores eléctricos, cada uno montado en un eje distinto.
La potencia máxima es de 248 caballos de fuerza. A su vez, cuenta con una batería de 20 kWh que se mantiene sin modificaciones y constituye el corazón del sistema eléctrico.
La autonomía homologada es de 61 km en modo totalmente eléctrico.
El tiempo de recarga con un cargador doméstico de Nivel 2 se mantiene en siete horas y media.
Con ambos depósitos (eléctrico y de combustible) plenamente cargados, ofrece una autonomía combinada de 676 km.
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Diseño y diferenciación: cómo Nissan adapta un producto ajeno
Aunque la estructura técnica proviene de Mitsubishi, Nissan se encargó de desarrollar una imagen frontal propia. La parrilla adopta la estética característica que identifica a los modelos más recientes de la marca, con un lenguaje visual que se aproxima a las líneas del Sentra y del Leaf.
En el interior se observan influencias de ambos fabricantes. El diseño general recuerda al Outlander, pero Nissan ajusta materiales, interfaces y acabados para integrarlo dentro de su catálogo.
La dotación tecnológica incluye una pantalla central de 9 pulgadas y un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas.
Se suman, los asientos calefaccionables, el volante revestido en cuero y los cuatro puertos USB.
La serie Platinum agrega un equipo de sonido Bose de nueve altavoces, tapicería de cuero, parasoles manuales en la segunda fila, techo panorámico y un head-up display de 10 pulgadas.
Uno de los aspectos más diferenciadores es la configuración de siete plazas. El Rogue Plug-In Hybrid mantiene la distribución 5+2 que caracteriza al Outlander PHEV.