México, la potencia automotriz que se viene
Gracias a los convenios financieros, el bajo costo de la mano de obra y su posición geográfica, el país Azteca, de a poco, se va convirtiendo en un territorio sustancial y apropiado para las marcas.
A causa de la crisis económica mundial que se originó en 2008, varias multinacionales han optado por comenzar a confiar en localidades que, años atrás, no eran los sitios más elegidos para establecerse. Un ejemplo de esto es México, en donde a partir del desequilibrio monetario se incrementaron las inversiones en el rubro automotriz.
Uno de los factores, y quizas el más importante de todos, que justifica este crecimiento es la cantidad de tratados de libre comercio que tiene firmados el país. Estos acuerdos, regionales o bilaterales, fomenten el intercambio de bienes y servicios entre el las naciones mediante la reducción de las barreras arancelarias, y con el fin de fortalecer a la industria local e incrementar las oportunidades.
Dentro de los 42 TLC que posee México, los más significativos son el firmado con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), y el que lo vincula a la Unión Europea.
Otro punto a favor es el bajo costo de la mano de obra, ya que el poder de manufacturación es más económico que el que ofrecen otras naciones. De la misma manera, su posición en el mapa también contribuye, puesto que el valor del transporte hacia los centros de mayor consumo es menor.
En 2011, tras el Tsunami que azotó al país nipón y al crecimiento del Yen, Mazda anunció que invertirá 500 millones de dólares en una nueva fábrica que se construirá en Salamanca, Guanajuato, para producir sus modelos Mazda 2 y Mazda 3.
Por su parte, y en el inico del 2012, Nissan confirmó que se establecerá en el estado norteño de Aguascalientes para la producción del March y el Versa; Honda invirtió 800 millones de dólares en la construcción de su nueva planta en la ciudad guanajuatense de Celaya para ensamblar la última generación del Fit; y Ford desembolzó 1,3 mil millones de dólares en la expansión y puesta a punto de su complejo de Estampado y Ensamble de Hermosillo para la creación de los flamantes Fusion y Lincoln MKZ.
A esto hay que sumarle la reciente apuesta de Audi, que informó que se instalará por primera vez en suelo mexicano en el 2016 con el objetivo de expandir su producción. Todavía no se revelarón ni la localidad ni el monto de inversión.
Según estadísticas publicadas por la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), México se convirtió en el octavo fabricante de autos más importante del globo con una producción de 2,680,037 unidades, y un crecimiento del 14,4% de acuerdo con el 2010. China se ubica en la primera posición con 18,418,876 vehículos, Estados Unidos segundo con 8,654,540, Japón tercero 8,398,654, y Alemania cuarto con 6,311,318.
Todos estos atributos, valores y apuestas generan que, más allá de la crisis, el porvenir automotor y ¿económico? de México, al menos, parezca bien encaminado.